­«Una Feria con menos personas pero con una mejor sensación de comodidad y seguridad, sin sensación de agobio». Con estas palabras, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, definió la Semana Grande 2012, que recibió un 10 por ciento menos de feriantes locales y españoles respecto a 2011 por culpa de la crisis. Para De la Torre, este descenso fue «menor que el experimentado por otras ferias españolas». «La afluencia ha ido de menos a más. Es algo bueno: la gente ha visto una feria de calidad y su presencia ha ido aumentando», dijo. El optimismo se justificó con la llegada de cruceros, que redondeó al alza el número de visitantes extranjeros a nuestra ciudad. Las oficinas de turismo registraron un 41,5% más de feriantes foráneos, llegando los hoteles casi al 90 por ciento de su ocupación.

Otra de las razones de este balance positivo fue el «buen funcionamiento de los nuevos espacios» de la Feria del Centro: la plaza de la Merced, con un mercadillo; la calle Alcazabilla, con actividades infantiles; el Muelle Uno, donde 230.000 personas disfrutaron de de una diversión más chill out, o la explanada de Santo Domingo, el controvertido espacio donde la juventud se concentraba para beber y bailar música electrónica. Y hubo más. La seguridad fue la tónica habitual, con un 45% menos de detenciones.