Los tiempos de crisis son también época propicia para los emprendedores, aunque éstos no sean vocacionales sino más bien forzados por las circunstancias. Cerca de 9.400 malagueños que se han quedado en el desempleo durante los años de crisis han obtenido la capitalización del paro que les correspondía para poner un negocio propio, ya sea dándose de alta como autónomo (la opción mayoritaria, con nueve de cada diez casos) o para entrar a formar parte de una cooperativa o de una sociedad laboral. Según los datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, en la provincia de Málaga se han concedido más del 83% de las solicitudes tramitadas desde 2008. El resto fueron denegadas porque el solicitante no cumplía los requisitos, bien porque no le quedaba suficiente prestación o, sobre todo, porque el negocio en cuestión ya estaba en marcha cuando pidió la capitalización (un error cometido por algunos).

Y es que la puesta en marcha de un negocio como método de autoempleo es ahora mismo una de la pocas salidas reales que tienen los 215.040 parados que hay en Málaga. De hecho, se estima que el perfil de «autónomo obligado» es el que está permitiendo un ligero repunte en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) que registra la provincia. Esa dinámica es la que ha propiciado que, pese a haber perdido casi 10.000 autónomos en su saldo global (llegó a haber 102.000 en el año 2008), la cifra haya remontado en el último año de 92.000 a casi 94.000 personas.

El deseo, menos burocracia Las actuales opciones de capitalizar el paro, sin embargo, no terminan de convencer a las asociaciones empresariales, que demandan al Gobierno más facilidades a las personas que soliciten este dinero para poner en marcha un negocio. Es cierto que la reforma laboral ha permitido que colectivos como el de jóvenes menores de 30 años (en el caso de mujeres, 35) puedan acceder al 100% de la prestación que tienen pendiente de cobrar, cuando antes sólo era el 80% lo que tenían disponibles.

Sin embargo, el resto de solicitantes sigue sólo pudiendo recibir en mano hasta un máximo del 60% del dinero que le correspondería por desempleo. La parte del paro que no se capitaliza -un 40% de tope- sirve para ir pagando mes a mes las cuotas de la Seguridad Social del emprendedor.

Tanto la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA) como la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM) y la Asociación de Jóvenes Empresarios de Málaga (AJE) vienen reclamando medidas como la eliminación de tasas y trámites burocráticos y la puesta en marcha de la Ley del Emprendedor, una promesa electoral del presidente Mariano Rajoy de la que todavía no se sabe nada.

Según las estimaciones de la ATA, un autónomo necesita hasta tres meses para conseguir todos los permisos necesarios con los que poner en marcha su negocio. La media sí es de 47 días pero sitúa a España, pese a todos los intentos de racionalizar trámites, nada menos que el puesto 144 entre una lista de 183 países en cuanto al tiempo necesario para montar una empresa. Por comparar, en Nueva Zelanda todo se hace en 1 día, en Australia 2, en Estados Unidos se tardan sólo 6 días en poner una empresa y empezar a facturar, en Francia 7 y en Alemania 18. Por zonas geográficas, Europa y Asia presentan medias de 17 días, la OCDE se queda en 13 y Oriente Medio y el Magreb en 20. España sólo está por delante de América latina, donde la medida de días es de 61.

Por lo demás, comercio y hostelería son los sectores favoritos de los autónomos malagueños que siguen mostrando además un claro perfil masculino: dos de cada tres trabajadores por cuenta propia de la provincia son hombres. De los 93.971 autónomos dados de alta en el RETA, el 45% se sitúan en estos dos segmentos. En Málaga hay 29.434 autónomos de la hostelería y 12.847 comerciantes.