La nueva Ciudad de la Justicia de Málaga, inaugurada a finales de 2007, vuelve a situarse en el epicentro de la polémica con la denuncia de un funcionario que estuvo de guardia el pasado 1 de enero. Según explicó ayer el sindicato CSI-F y confirmó STAJ, este trabajador percibió malos olores en las dependencias del juzgado de guardia que sólo pueden provenir de la sala de autopsias del Instituto de Medicina Legal (IML). El hedor se filtró por los conductos de ventilación, según esta versión, pero la Junta lo niega y asegura que el sistema funciona perfectamente y que el mal olor puntual se debe al estado de descomposición de un cadáver.

A esta denuncia, que se entregó a los sindicatos, se sumaron luego sus compañeros. La central solicita una inspección de trabajo en la sede del IML, dado que los funcionarios se quejaron de «un insoportable hedor», que, dice CSI-F, «sólo puede provenir de las salas de autopsias y del depósito de cadáveres», dependencias ambas ubicadas en el sótano.

El hedor se habría colado en el juzgado de guardia a través de los sistemas de ventilación, que inundan el edificio de manera «intermitente» de malos olores.

Por ello, el sindicato considera oportuno «revisar estas instalaciones a fin de evitar cualquier riesgo para la salud de los trabajadores y usuarios de la Ciudad de la Justicia».

La voz de alarma la dio un empleado público que estaba de guardia el día de Año Nuevo, lo que ha confirmado también el Sindicato de Trabajadores de la Administración de Justicia (STAJ). Este funcionario aseguró que el «desagradable» olor le obligó a mantener las ventanas abiertas «de par en par» pese a las bajas temperaturas.

Pese a ello, algunas dependencias, según denunció, son interiores, como por ejemplo los dormitorios, cuya ventilación depende únicamente del aire acondicionado. El sindicato CSI-F insiste en la urgencia de examinar el sistema de ventilación para tratar de que estos hechos no se repitan, dado que la «inhalación reiterada de este aire viciado afecta nocivamente al estado físico y psicológico de trabajadores y usuarios».

La Junta de Andalucía, por su parte, contestó ayer a la denuncia sindical aclarando que los sistemas de ventilación del edificio funcionan correctamente, y que el hedor del 1 de enero se debió a un asunto puntual.

En concreto, el problema se prolongó una hora y estuvo motivado por el avanzado estado de descomposición que el cadáver al que se le iba a realizar la autopsia presentaba.

Ya en 2008 ocurrieron problemas similares, de tal forma que los funcionarios denunciaron malos olores procedentes de la sede del IML. Ello provocó hasta concentraciones, y diversas revisiones de los sistemas de aire acondicionado. Incluso se habló del síndrome del edificio enfermo.