El titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Málaga, Rubén Rivera, ha procesado a una mujer de nacionalidad rumana por concertar con una red el traslado a España de sus hijas menores gemelas, de 16 años, para que se prostituyeran en clubes de alterne de Gerona, Madrid y la Axarquía a cambio de dinero. Las jóvenes, en su estancia catalana, fueron obligadas a mantener relaciones con la cúpula del clan.

En concreto, el juez procesa a doce personas, incluida la madre de las niñas, por estos hechos, imponiendo a seis de ellos el pago de una fianza de 50.000 euros y el abono de 2.000 a otros cinco. Hay seis españoles procesados, cinco rumanos y una brasileña. La madre y el matrimonio que lideraba la organización permanecen en prisión. Además, se archiva el caso contra otros dos imputados y se ordena la detención de una procesada.

Tal y como consta en el auto de procesamiento, fechado el 1 de octubre de 2012 y actualmente objeto de recurso, la causa se instruye porque dos menores rumanas, gemelas, «habrían sido objeto de comercio sexual, siendo subyugadas por parte de los integrantes de un grupo organizado de compatriotas suyos, que se habrían encargado primero de la llegada a España de aquellas, a fin de obligarlas posteriormente al ejercicio de la prostitución». En concreto, debieron ofrecer sus servicios en clubes y casas de citas de Gerona, Navas del Rey (Madrid), Nerja y Vélez Málaga.

Así, durante la investigación fueron registrados un club de Navas del Rey, varios de Nerja y Vélez y dos de Llers (Gerona). El juez de la capital de la Axarquía investiga únicamente los delitos que se habrían cometido en los clubes de la comarca.

Hasta el momento, el material probatorio se concentra en lo declarado por las dos chicas, las grabaciones telefónicas y lo intervenido en los registros. Así, «hay indicios suficientes de que la madre de las menores y un matrimonio habrían concentrado la llegada al país de las chicas para someterlas a explotación sexual», recibiendo la progenitora una compensación económica.

La madre y el matrimonio eran rumanos. El hombre proporcionó documentación falsa para ocultar su identidad y edad, dice el togado. «Al parecer, eran obligadas a mantener relaciones con éste, su mujer y otros familiares, siendo víctimas de amenazas y repetidas agresiones», precisa el magistrado, quien relata que todo esto ocurre durante su estancia en Gerona, donde también debían prostituirse.

Otros tres miembros del grupo supervisaban a las niñas en la casa de citas, y cobraban a los clientes y a las mujeres. «Debían las menores rendir cuentas al matrimonio, participando éstos de un porcentaje de las ganancias», aclara el juez. Una séptima procesada era consciente de lo que ocurría, pero no lo denunció.

Luego, las niñas abandonan el control ejercido por el matrimonio rumano y se trasladan a otros puntos del país, donde ejercen la prostitución: Madrid y la Axarquía. En este último caso, convinieron «el ofrecimiento de su cuerpo» con un empresario español que tenía su local en Nerja. «Debían cumplir, junto al resto de mujeres, ciertas reglas de las que previamente eran aleccionadas, y de las que se tiene constancia tras el resultado de los registros», añade el magistrado.

Los encargados de los prostíbulos ejercían el control sobre las mujeres, y las menores, en concreto. «En fecha reciente a la detención de la madre de las menores, en octubre de 2011, ésta se desplazó a la localidad de Torrox, donde residían sus hijas, retomando la supervisión sobre el comercio sexual» de las jóvenes.

Los delitos por los que han sido procesados los 12 implicados son los siguientes -algunos participan de varios tipos-: agresiones sexuales continuadas, lesiones, amenazas, falsedad documental, trata de seres humanos, prostitución y corrupción de menores, amén de la omisión del deber de socorro.

El auto de procesamiento ha sido recurrido por varias partes afectadas.

La claveLa madre se trasladó a Torrox para vivir con sus hijas

Las niñas, gemelas de 16 años, fueron enviadas a España, siempre según el juez, por su madre desde Rumanía, quien concertó el ejercicio de éstas a la prostitución a cambio de dinero con una red rumana. Las jóvenes fueron llevadas primero a Gerona, donde además de actuar como meretrices, recibieron agresiones sexuales de varios hombres y mujeres del clan, dice el togado, golpeadas y amenazadas. Luego se desplazaron a Madrid y, finalmente, a Vélez, donde se prostituyeron en varios locales de la Axarquía. Su madre, poco antes de la detención, se trasladó a Torrox, donde vivían las chicas, para gestionar el negocio. Entre los delitos por los que han sido procesados doce personas están: agresiones sexuales continuadas, coacciones, amenazas, trata de seres humanos, falsedad documental y corrupción de menores.