Más de un centenar de personas participaron ayer en el homenaje que cada año se organiza para recordar a las víctimas de la represión franquista que tuvieron que huir de Málaga a Almería en 1937, que por primera vez ha sido coordinado por la Junta.

La consejera de Fomento y Vivienda, Elena Cortés (IU), y el director general de Memoria Democrática, Luis Naranjo,participaron en la caminata, que partió del antiguo cementerio de San Rafael de la capital malagueña, el mayor conjunto de fosas comunes de la Guerra Civil y el franquismo. Más de 120.000 personas emprendieron, en febrero de 1937, una huida a pie por la carretera de Almería, tras la entrada en Málaga de la tropas franquistas, que acosaron a la población con bombardeos de la aviación italiana y de la marina. Este episodio, conocido popularmente como la «desbandá», fue recordado ayer, 76 años después, con una intervención en recuerdo de los asesinados y la marcha, que finalizó en el Peñón del Cuervo con la señalización del sitio como Lugar de Memoria Histórica.

La consejera de Fomento quiso reconocer a los colectivos memorialistas que durante años no han dejado que la huida «cayese en el olvido», y aludió al compromiso del Gobierno andaluz con la recuperación de la memoria a través de «la verdad, la justicia y la reparación». «Es necesario no olvidar lo que ocurrió en este país porque es la única manera de que no se repita la historia», afirmó.

Por su parte, el director general de Memoria Democrática subrayó que es la primera vez que la Junta de Andalucía coordina este acto histórico de homenaje a las víctimas, que hasta ahora se había celebrado a iniciativa de las asociaciones.

Naranjo recordó que el cementerio de San Rafael fue escenario del fusilamiento de más de 4.000 personas por parte de las tropas fascistas, cuya entrada motivó la huida de «familias enteras» de malagueños hacia Almería. Este acto forma parte de un programa de actividades que continuará en las próximas tres semanas con otras marchas en Vélez Málaga, la costa granadina y Almería.