De la retirada e inmovilización del vehículo a un rol más complejo, con participación en la detección y comunicación de las sanciones. El modelo de la grúa exprés -con sus cláusulas obligatorias o no- ha ampliado en la práctica la tarea diaria de los operarios, que ahora ya no sólo manejan el volante, sino también las cámaras y equipos informáticos con los que denuncian las anomalías. Un cambio que no siempre ha sido bien recibido por los infractores. Sólo en 2011 se dieron en Málaga 15 agresiones. Es por lo que los sindicatos reclaman más protección legal.

En concreto, los gruistas reivindican la concesión del rango de autoridad municipal, que entronca con la norma, en la que el Ayuntamiento se arroga la potestad de delegar la tarea en «cuerpos auxiliares» de la Policía Local. «Ahora cuando vamos a juicio por agresión nos defendemos como denunciantes particulares. Como si no formase parte del trabajo», dice Lima.