Nueva Esperanza es una de las cinco cofradías afectadas por el nuevo cruce de la Rampa de la Aurora y la prolongación de la mediana que la separa de la calle Carretería, además de Dolores del Puente, Cautivo, Zamarrilla y Soledad de San Pablo. El Ayuntamiento de Málaga acaba de ejecutar esta obra que modifica los itinerarios peatonales de la rampa y suple la situación del semáforo y el paso de cebra que antes estaba a la altura del puente de la Trinidad. El espacio se hace más estrecho y la curva de 180 grados, se complica aún más. Por este motivo, los cofrades revisan sus crucetas y estudian cómo hacer la maniobra.

Enrique Vega, experimentado capataz del trono de la Virgen de Nueva Esperanza, apuesta por «entrar más hacia el Pasillo de Santa Isabel, para que la gente no se suba por lo alto del bordillo, y casi habrá que meter la cola en calle Cisneros para salvar la curva». En todo caso, avisa de que todo dependerá «de cómo lleguen de cansados los hombres de trono a estas alturas del recorrido». «Puede suponer un sobresfuerzo que luego se pagará», asegura.