La famosa película Qué bello es vivir se ha hecho realidad en Nueva Málaga, cuyas calles pisó ayer sábado por primera vez Sheila García Corpas, de 5 años, sin necesidad de que María José, su madre, le sostuviera por los hombros.

«¡Vamos para allá!», grita la niña nada más bajar al portal de su bloque y ver cómo su abuela, Teresa, le abre la puerta de la calle. A Sheila se le ilumina la cara con facilidad y muestra una sonrisa de cine, pero desde que en su casa entró hace unos días un costoso andador ortopédico que le permite moverse sola, la felicidad en su rostro es completa.

«La cara que se le pone a mi niña, el hecho de que pueda andar o que esté jugando de pie es gracias a todos», resume María José Corpas, su madre.

Detrás de ese agradecimiento hay decenas de personas. Para empezar los vecinos de Nueva Málaga, que han recolectado tapones para costear el andador, valorado finalmente en 6.700 euros, porque se trata del modelo más básico. «Con los tapones hemos conseguido casi tres toneladas y todavía nos falta un porte y han sido casi 600 euros», calcula María José, de 27 años, que dejó su trabajo al quedarse embarazada de Sheila, a la que ahora atiende las 24 horas del día.

Además, los bomberos de Málaga le dedicaron un festival benéfico y el colegio Salliver de Fuengirola logró reunir una importante cantidad, lo que sumado a la aparición de su caso en el programa Tiene arreglo de Canal Sur Televisión, ha dado como resultado un sueño que ni María José ni su familia podían imaginar: han conseguido el andador ortopédico y además un año de tratamiento valorado en 30.000 euros en un centro especializado en Galicia. «Estamos todavía que no nos lo creemos», admite la madre.

Y Sheila pisa la acera sola por primera vez mientras los vecinos se le acercan y le felicitan. «¡Mira qué guapa va ella, mira qué bien!», le dice una vecina, pero la niña, que sonríe educada, lo que quiere es tener la pista despejada y pide a los peatones que se aparten para poder seguir explorando el mundo y sobre todo, avanzar deprisa, como si quisiera recuperar todas las carreras que le faltan. Tiempo tendrá.

El aparato ortopédico es un complejo mecanismo que cada tres meses tendrá que ser revisado para adaptarlo a su cuerpo en crecimiento, lo mismo que los zapatos ajustados al andador.

Como explica María José, con el tiempo irá costeando las piezas que faltan, como una palanca para que la niña pueda girar sola, sin necesidad de que lo haga la madre, o para poder bajarse sin tener que coger toda la estructura. Deberán tener paciencia porque cada pieza ronda los 300 y 400 euros.

«Vamos andando a ver a Paco», dice Sheila, que cruza el paso de peatones como si fuera el primero de su vida (y en realidad lo es).

Paco trabaja en el bar de enfrente y entre los dos se ha forjado una relación muy afectuosa, por eso para ella es tan importante que Paco la vea andado. «¡Pacooo¡, ¡holaaa!, ¡un bocadillo!», grita Sheila a la entrada del bar. Lo que no sabe es que Paco está detrás de ella y le da una sorpresa. Luego marcha a ver a Gloria, del todo a cien. Si por la niña fuera, visitaría todas las tiendas del barrio que antes recorría en brazos de su madre o en el carrito.

Eso ya es agua pasada. Sheila García camina firme, las cuerdas del andador dirigen sus pasos (aunque es ella la que dirige el andador). Algunos vecinos la aplauden. Cuando sea mayor y su madre le explique cómo consiguió andar por su barrio, será Sheila la que aplauda la generosidad de tanta gente que la apoya. A pesar de tanta crisis, qué bello es vivir.