Cuatro meses sin cobrar y solo un ingreso de 300 euros para evitar males mayores o posibles denuncias. Esa es la delicada situación que atraviesan un total de 70 monitores auxiliares de colegios e institutos repartidos por la capital y provincia y pertenecientes al centro especial de empleo de la Federación Provincial de Asociaciones de Discapacitados Físicos y/u Orgánicos (Famf).

El miedo a posibles represalias les hace nos desvelar sus identidades pero aseguran que ya no pueden más y la situación es insostenible. Algunos requieren de la ayuda de sus padres para sobrevivir e incluso hay compañeras que tienen que acudir a un comedor social porque sus ingresos son inexistentes y no pueden hacer la compra. Resulta llamativo ver cómo a pesar de no cobrar, acuden a diario al instituto o colegio que tienen designado para tratar en un aula especial a alumnos que, al igual que ellas, tienen alguna discapacidad, aunque después tengan que ir a un comedor social para que les pongan algo de comer.

Los ahorros se acaban y la desesperación se apodera de estas personas que desconocen cuándo podrán cobrar sus nóminas atrasadas. La única respuesta que reciben por parte del centro de empleo es que sus ingresos provienen de una subvención de la Junta de Andalucía y que la institución no les paga. Ellas no saben qué pensar, ni siquiera si es cierto o no lo que le dicen. Ante este panorama contactaron con el sindicato UGT para ver qué salidas hay. Denunciar es la mejor opción pero también la más costosa y de momento queda aparcada.

Los que trabajan en institutos cobran 754 euros mientras que los que están en colegios tienen una nómina de 629 y hace meses que no ven el sueldo íntegro sin problema de pagos. En enero cobraron lo correspondiente a septiembre y octubre, e incluso, algunas percibieron menos de lo que debían. La nómina de diciembre la recibieron en febrero y desde entonces no han vuelto a cobrar nada, salvo unos escasos 300 euros que dicen que son la mitad del sueldo de enero pero ellas mismas asumen que es el precio de su silencio.

Mientras se resuelve el conflicto, los monitores irán cada día a clase a la espera de que alguien les cuente por qué no cobran a fin de mes.

@Melanie_Soler