A la detención de un holandés de 45 años en Marbella el pasado miércoles por su presunta vinculación con el asesinato de Nerlinio Nekke Greene, cuyo cadáver fue encontrado en diciembre descuartizado en Istán, se suman otros seis arrestos que la policía holandesa hizo de forma simultánea en Países Bajos. Según fuentes cercanas al caso, las siete detenciones practicadas en la Costa del Sol, Ámsterdam, Róterdam y Hoofddorp forman parte, además del crimen, de una amplia investigación de las autoridades holandesas en torno a una potente organización dedicada al narcotráfico internacional. No obstante, los investigadores consideran que los detenidos preparaban un importante envío de drogas entre Sudamérica y Holanda. En los registros realizados en Holanda, la policía intervino un kilo de MDMA y dos armas largas, según las fuentes, que añadieron que la policía estaba al tanto de conversaciones y mensajes telefónicos, así como reuniones para organizar el envío. Horas después de la detención del sospechoso en Marbella, la policía española inició los trámites de extradición a su país natal, ya que la intención de las autoridades holandesas era presentar a todos los detenidos ante un juez de Rotterdam el pasado viernes.

Tal y como adelantó La Opinión de Málaga el jueves, la detención de Marbella no es la única relacionada con la desaparición de Nekke, puesto que el 22 de enero la policía holandesa ya arrestó a un hombre de 47 años durante un vuelo que despegó desde España con destino a Ámsterdam por su presunta implicación en los hechos. Desde que los restos fueran adjudicados a Greene, las autoridades neerlandesas describieron a la víctima y a su entorno como viejos conocidos de la policía por asuntos de narcotráfico. De hecho, la prensa de los Países Bajos siempre ha relacionado al grupo con una transacción de heroína en 2003 y un alijo de 124 kilos de cocaína intervenido en octubre de 2011 en el puerto de Rotterdam, aunque la justicia holandesa ya buscaba al fallecido desde julio de ese mismo año. Estos antecedentes provocaron que los investigadores siempre sospecharan que la desaparición y muerte del joven podía estar relacionada con un ajuste de cuentas de sus propios compañeros.