El Santísimo Sacramento ha vuelto a recorrer las calles del Centro, con una numerosa presencia de personas que no querían perderse la larga procesión. Salía a las 19.00 horas desde la Catedral, después de una hora de adoración eucarística sincronizada con otras catedrales del mundo. Abría la comitiva varios agentes de la Policía Local a caballo, aunque iban desmontados, y la banda de cornetas y tambores de la Victoria.

En medio del cortejo, entre las representaciones de las cofradías y hermandades, se dispuso la Banda Municipal de Música y tras la custodia con su Divina Majestad iba la Banda Sinfónica de la Trinidad, interpretando marchas eucarísticas.

La carroza, que este año iba guiada por el hermano mayor de la Cena, Rafael López Taza, presentaba interesantes novedades estéticas, como la incorporación de cuatro faroles de salutación, cuatro arcángeles de Salesianos, que portaban motivos sacramentales y un exorno floral más cuidado, en ánforas de la Sentencia y Prendimiento, además de un moldurón en el que también aparecían uvas negras.

El obispo, Jesús Catalá, iba tras Jesús Sacramentado, junto a los emérito, Antonio Dorado y Fernando Sebastián y ante el palio de respeto. Destaca la presencia del clero, delante de la carroza, los canónigos, revestidos de hábito talar, y las distintas secciones de la Adoración Nocturna.