La mayoría de expertos coinciden en que todavía no se pueden lanzar las campanas al vuelo, porque la bajada del paro obedece a un dato coyuntural ante el inicio de la campaña de verano y el aumento de contratos temporales. El profesor del IESE Sandalio Gómez advierte de que en octubre vendrá «el tío Paco con las rebajas». En cualquier caso, este analista ve un cierto «cambio lento» en la tendencia de destrucción de empleo porque en este mayo la cifra de la caída del desempleo es superior a la de los últimos cinco años. Sí se mostró moderadamente optimista y auguró que los datos mejorarán a fin de año, aunque con la recesión no se creará empleo.

El economista jefe de Intermoney, José Carlos Díez, también considera un buen dato que se hayan creado 5.000 empleos en mayo (si se tienen en cuenta las afiliaciones y eliminando el efecto estacional). Sin embargo, no ve un cambio de tendencia porque aún queda mucho ajuste fiscal y el escenario es muy incierto. A su juicio, el euro sigue sobrevalorado, los socios europeos están en recesión y la restricción de crédito está «en su máximo apogeo».

El investigador de FEDEA, Marcel Jansen, coincide en que no se puede hablar de un cambio de tendencia ni se debe desviar la atención de los problemas que tiene el mercado laboral en España, donde hay muchos desempleados de difícil reinserción, con baja cualificación o que llevan en paro más de dos años. «Sirve para quitarse la presión de Bruselas», pero a medio plazo el Gobierno debe resolver la situación de estas personas y complementar las reformas. Por eso, advirtió de que el paro seguirá subiendo ya que, pese al optimismo del Gobierno, su previsión del cuadro macroeconómico admite que la tasa de desempleo no bajará del 25% antes de 2016.

Y el grupo «Economistas frente a la crisis» opina que tras los datos no hay tan buenas noticias ya que se ha producido un efecto combinado de reducción de población activa con el desánimo de los parados, que no se registran en los servicios de empleo.