Han venido para quedarse pero, ¿hasta qué punto están dispuestas a revolucionar el mundo que hasta ahora conocíamos? Las redes sociales andan en pañales todavía y ya han variado la forma de actuar en varios ámbitos, uno de ellos, el profesional.

Son el nuevo currículum vitae, la tarjeta de presentación tanto para empresas como para usuarios. Una forma de hacer contactos y entablar nuevos vínculos que posibilita relaciones que antes eran impensables. Pero no todos es tan idílico y la cara más amarga puede ser que el departamento de recursos humanos de la empresa que valora nuestra candidatura no le agrade lo que de nosotros mientras «bichea» por la red. Una forma de descartar candidatos a golpe de click mientras se juzga si los comentarios, fotografías o publicaciones que hace la persona en cuestión, son merecedores de ese puesto.

Investigar el perfil de redes tan populares como Twitter o Facebook es una práctica habitual por parte de las empresas en EEUU y que todavía no se lleva a cabo en España pero nada es descartable.

Existen redes destinadas al ámbito laboral como LinkedIn que sí se utilizan en España y sirven para reclutar posibles candidatos, según explica el director de selección de la empresa de trabajo temporal Adecco en Andalucía, Nabil Kayssi. «Hay redes dirigidas a los contactos profesionales que se usan para el reclutamiento de profesionales que estén o no activos. Otras como Facebook o Twitter las utilizamos con otros objetivos como dar difusión a las propias ofertas por su efecto multiplicador», resume.

Kayssi detalla que las diferencias entre ambos lugares es una cuestión cultural. La directora en Málaga de la empresa de trabajo temporal Randstad, Teresa Rubio, explicó que en España se respeta la parcela personal de cada uno y solo se valoran las aptitudes, experiencia y vida laboral del candidato. «En España esas prácticas no se han detectado. Somos más objetivos y nos regimos por la vida profesional y entrevista personal para decidir si esa persona es apta o no», matiza Rubio.

Aun así, ambos coinciden en que quizá con el tiempo España introduzca esa fórmula de selección que en otros lugares ya condiciona de forma tan contundente como bien detalló el estudio Young People´s Consumer Confidence (YPCC) de una empresa realizado tras encuestar a 6.000 personas de varios países que revela que uno de cada diez jóvenes, de entre 16 y 34 años, en alguna ocasión ha sido rechazado para un trabajo por culpa de su perfil en las redes sociales.

Aunque no sea práctica reconocida aún en España es conveniente seguir unas pautas para evitar problemas futuros. «Una actitud esencial es no decir aquello que no quieres que se sepa de ti», expresó Kayssi.

Cuidar la foto de perfil es esencial y si se trata de una red social de carácter profesional tiene que ser acorde con lo que se proyecta. Una imagen seria y que identifique bien al usuario es lo más conveniente.

La privacidad de las redes también es algo a cuidar. «Tener Facebook público permitirá que alguien vea cosas de tu vida personal», recordó Kayssi.

Las ETT ven esta fórmula desde el punto de vista más positivo y miran con buenos ojos el alcance e impacto que pueden obtener tanto los usuarios como las propias empresas. Habrá que esperar para ver si se vuelven en contra con el tiempo.