La Sección de Delitos Informáticos de la Fiscalía de Málaga asegura que cada año investiga siete casos de acoso sexual por parte de adultos a menores a través de las redes sociales, videoconsolas u otros portales de internet, una conducta que también habría experimentado un crecimiento en la Costa del Sol cuando el acosador es un menor.

El delegado en Málaga de esta sección, Jacobo Fernández-Llébrez Castaño, subraya que «los casos de acoso a menores por internet en los que el protagonista es un adulto son pocos: tenemos seis o siete cada año, lo que sí intuyo es que ha podido haber un crecimiento de estas prácticas entre menores».

El modus operandi siempre es el mismo: un adulto se hace pasar por un menor en una red social, un foro o incluso en un juego online a través de la videoconsola: se gana la confianza de los adolescentes o menores, y los intentan grabar en vídeo en ropas menores, explica el fiscal, para ir aumentando progresivamente la dureza de sus peticiones. Una vez que han logrado su objetivo, amenazan con publicar lo obtenido en diferentes redes sociales. «Unos menores hacen lo que se les pide y otros lo denuncian contándoselo a sus padres», precisa.

En los últimos casos, uno de los encausados era un guardia civil, otro se hizo pasar por un representante de modelos. Incluso uno de ellos pedía a los niños jóvenes -la mayor parte de las veces se trata de niños o niñas con menos de 13 años- fotos de sus traseros para incorporarlos a una página dedicada a ese cometido.

Recientemente se reformó el Código Penal para endurecer este tipo de conductas, precisa Fernández-Llébrez: «El nuevo tipo penal castiga al que realice actos materiales tendentes para quedar con el menor. Se trata de la última reforma del código, recogida en el artículo 183 bis».

Los casos son pocos, precisa, aunque ocasiones en el que el acusado es la misma persona que ha reincidido en esta conducta.

El fiscal responsable de Delitos Informáticos sí cree que ha podido haber un aumento de la práctica conocida como sexting entre los menores: «El hacerse fotos de sus partes con los móviles, en principio, es algo voluntario; lo hacen como gracia o estímulo para su pareja. El problema es cuando esa foto se utiliza para acosar a menores».

«Ya no hay SMS ni correos electrónicos prácticamente, ahora lo que se utiliza es el Whatsapp o el Line», señala.

El fiscal recuerda a los padres que han de estar atentos al uso que hacen los menores tanto del móvil como de internet, incluyendo la navegación por videoconsola. Y, una vez que se da el problema, recalca la importancia de denunciar estas conductas para evitar males mayores, incluido un intento de contacto entre el supuesto agresor y la víctima.