­El supuesto cambio de nombre del hospital Carlos Haya -en honor al famoso aviador franquista- provocó ayer una catarata de reacciones mayoritariamente en contra de la medida y hasta de sorpresa en la Consejería de Salud, cuyos responsables recordaron que el cambio se decidió hace tres años en virtud de la Ley de Memoria Histórica, aunque la situación económica actual no ha permitido completar el cambio en los soportes de señalética, cartelería, lencería y papelería. La Junta respondió así a la noticia difundida el domingo por la consejera de Fomento y Vivienda y presidenta de la Mesa de XIX Asamblea de IULV-CA, Elena Cortés, durante un cónclave de la coalición en Bormujos (Sevilla). Y mal difundida, ya que Cortés aseguró que la nueva denominación era Hospital Provincial. «Entendemos que la denominación del centro sanitario como Hospital Provincial se ha debido de tratar de un error, ya que en ningún caso se ha barajado la posibilidad de denominar al Hospital Regional de Málaga como Hospital Provincial. De hecho, se trata de un hospital regional de referencia en determinadas especialidades y servicios, y su vocación es la de atender a personas de toda Andalucía, tal y como ocurre en los complejos de esta naturaleza», señalaba un comunicado de la Junta que recordaba que la medida se adoptó hace ya tres años a través de la Ley de Memoria Histórica.

Sin embargo, esta versión no encaja para nada con la que dio el domingo el director general de Memoria Democrática de la Junta, Luis Naranjo, a Europa Press, ya que aseguró que el «acuerdo verbal» se alcanzó hace unos 15 días en conversaciones con el director general de Calidad, Investigación, Desarrollo e Innovación de la Consejería de Salud, Jerónimo Pachón, con el asentimiento previo de los titulares de ambas consejerías, Diego Valderas y María Jesús Montero.

Regional o Provincial, que el nombre de Carlos Haya desaparezca del hospital más conocido de Málaga causó una catarata de reacciones negativas con la excepción del diputado nacional de IU por Málaga, Alberto Garzón, para quien el cambio supondrá «recuperar la dignidad de las víctimas del franquismo». Las más duras, cómo no, salieron desde el PP, que a través de su presidente provincial, Elías Bendodo, dejó muy clara su postura. «Espero que se sea mucho más serio y nos centremos en lo importante porque la gente se lo merece», comenzó Bendodo, antes de añadir que el cambio es producto de un nuevo «prejuicio ideológico de IU aceptado por el PSOE». «Si se hace un diagnóstico de la problemática de la provincia, seguro que el último de los problemas de la sanidad es cambiarle el nombre a un hospital», dijo el también presidente de la Diputación de Málaga, antes de ironizar asegurando que «es una gran noticia para Málaga, es lo que realmente estaban esperando los malagueños y la sanidad».

Al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, le pareció un «error» eliminar el nombre del aviador franquista porque «hay temas más importantes en la sanidad que esta cuestión» y pidió que se rectificara. «No tiene sentido», dijo convencido de que el nombre de Carlos Haya tenga una connotación política: «Es parte de la geografía urbana, ya se planteó hace unos años y se vio que no era acertado». El alcalde añadió que daba la impresión de que se trata de «una insistencia de IU, aspecto que descartó la Junta al asegurar que la medida se adoptó hace ya tres años.

Rechazo del Colegio de Médicos Razones más profesionales aportó el presidente del Colegio de Médicos de Málaga, Juan José Sánchez Lucas, a quien tampoco le parece un buen momento por la situación por la que atraviesa la sanidad. «Carlos Haya es un hospital conocido a nivel nacional e internacional por el nombre que tiene. Sin duda cambiarlo supondrá una pérdida de identidad y una falta de reconocimiento a todos los médicos que han trabajado allí por el avance de la medicina», explicó Sánchez, quien además de considerar que la medida está «fuera de lugar» valoró el coste económico.

Muy críticos se mostraron también los sindicatos salvo CCOO, que aún reconociendo que ahora hay otras prioridades, se alegraban por tratarse de «una reivindicación histórica del sindicato por eliminar los símbolos franquistas. Aunque el portavoz de Sanidad de CCOO, Rafael González, aseguró que ahora mismo le preocupan más temas como el de la fusión de hospitales, también dudó de que el cambio de nombre supusiera algún daño sobre la marca del hospital, «ya que lleva bastante tiempo trabajando como Hospital Regional Universitario y así se le conoce en muchos sitios». Más dura fue la valoración del portavoz de UGT, Juan Miguel Contioso, que acusó a la Junta de Andalucía de «improvisación» y de confundir a la población: «Ya no sabemos si es hospital Provincial, Regional o Blas Infante».

El presidente del Sindicato de Enfermería (Satse), Eugenio Pérez, definió los acontecimientos como «una pérdida de tiempo, dinero y esfuerzo» y como una manera de justificar que la Junta creara para esta legislatura una Dirección General de Memoria Democrática. Desde la Central Sindical Independiente y de Funcionarios, CSI-F, destacaron «el gasto enorme y prescindible» que supone el cambio en estos momentos y reclamaron acabar las obras inacabadas, que se construya un tercer hospital y se refuercen los centros sanitarios.