Se ha empezado a hablar de ellos a raíz de la polémica surgida alrededor del presidente de la Generalitat valenciana, Albert Fabra, que contrató un coach para mejorar su liderazgo. Sin embargo, llevan años trabajando en el mundo empresarial, ayudando a muchas personas a mejorar su ámbito profesional al potenciar su capacidad de convertirse en un líder y gestionar equipos de personas. El coaching se pone de moda.

Gema Sancho | «Lo que se dice es tan importante como el cómo se dice»

Gema Sancho lleva tres años ejerciendo como coach profesional, después de una amplia experiencia laboral en la gestión de equipos y puestos directivos en España y Portugal. Es fundadora de Coaching para la Formación, orientada a mejorar el rendimiento de las personas a través de procesos individualizados de entrenamiento. También ha impulsado la iniciativa «Pon un Coach en tu Vida», dirigida al ámbito empresarial y deportivo. Desde agosto de 2011 esta iniciativa tiene un grupo en Facebook para la difusión del coaching, con más de 2.700 miembros.

Sancho reconoce que los políticos tienen en ocasiones un problema de «coherencia entre lo que se propone, lo que se comunica y lo que se hace», lo que dificulta identificar a los líderes y mantener esa confianza en los dirigentes políticos. No obstante, considera que habría que analizar y comparar «qué es para el ciudadano medio un buen líder político y qué es para un político ser un buen líder».

«La formación debería ser siempre un valor relevante para cualquier profesional», advierte Gema Sancho, quien pone el acento de nuevo en la coherencia del mensaje y la forma en que se comunica: «Lo que se dice es tan importante como el cómo se dice».

Esta experimentada coach subraya que la capacidad de mejorar es común a todos, por lo que plantea aprovecharse tanto de la formación como del coaching, que «son dos herramientas diferentes pero complementarias».

«El coaching es una buena herramienta para mejorar la capacidad de liderazgo», ya que el coach «consiste en ayudar a su cliente a que establezca su objetivo de mejora» y a «ayudarle a buscar nuevas opciones».

Luis Galindo | «Existe un déficit de liderazgo muy grande en la clase política»

Luis Galindo es uno de los coaches con mayor prestigio a nivel nacional e internacional. Acumula una experiencia de 32 años dirigiendo a personas y equipos, desde 1999 imparte formación en instituciones y empresas de renombre, y ahora está expandiendo sus conocimientos a países como Estados Unidos, Suiza, México o Argentina. Su último libro -Reilusionarse (editorial Alienta)- defiende que hay que vivir al cien por cien, algo que siempre depende de la actitud que se elige ante la vida. Luis Galindo condensa su apuesta por el optimismo inteligente.

Galindo considera «imprescindible» que todos los políticos se formen en liderazgo. En su opinión, esta necesidad no sólo es necesaria cuando acceden a un cargo público, sino desde mucho antes. «Los políticos tendrían que ser los mejores de la sociedad, porque a la gente le gusta que le dirijan los mejores. Sin embargo, existe un déficit de liderazgo muy grande en la clase política», subraya. Para paliarlo, el coach apuesta por imitar el modelo francés, para que los ciudadanos que aspiren a convertirse en políticos pasen antes por una universidad «que prepara en función pública».

Ahora bien, «el proceso de coaching no hace milagros». Aunque sí permite «entrenar y aprender» el liderazgo, no transforma por completo a la persona. «No te va a cambiar, pero sí saca lo mejor de la gente», agrega. Para que el proceso comience a dar sus frutos, el alumno «tiene que ser consciente de sus limitaciones». Las primeras sesiones han de ser de autoconocimiento y, una vez superada esa fase, el entrenador «enseña a descubrir» las cualidades de su cliente «a base de diálogo». «Nadie acepta que un compañero le diga que no escucha. Normalmente, la gente tiende a defenderse. El mejor avance llega cuando ayudas a alguien a superar ese proceso», apunta. Y así, superando fases, se forja a un líder de manera progresiva.

María del Pilar Malpartida | «En España estamos acostumbrados al jefe de ordeno y mando»

María del Pilar Malpartida tiene una amplia formación profesional sobre gestión de recursos humanos y coaching ejecutivo a través del Instituto de Empresa Business School. Además, trabaja como coach, en temas de formación y recursos humanos con la empresa malagueña HRCS y es socia directora de Picuality Recursos Humanos desde 2010.

Malpartida hace una distinción clara entre el líder y el jefe, apuntando que el segundo es quien ostenta los galones, el puesto de mando, pero el líder tiene capacidad para movilizar al resto de trabajadores y tiene influencia sobre ellos, aunque no figure en un puesto directivo. De hecho, reconoce que en España se ha valorado demasiado la figura del jefe frente a la del líder, algo que está empezando a cambiar poco a poco.

«En España estamos acostumbrados al jefe de ordeno y mando», subraya esta coach malagueña, quien insiste en que el liderazgo implica un componente de ejemplaridad muy alto y de trabajo en la sombra, que, sin embargo, es reconocido por el entorno.

En el ámbito político, María del Pilar Malpartida advierte de la falta de líderes en España y apunta a que el sistema político no ayuda a la formación de éstos: «Se vota más a las siglas que a las personas. La elección es de una lista, pero nadie garantiza que haya alguien que sea más o menos líder». En este sentido, contrasta la experiencia con los países anglosajones, donde el coaching político es más habitual, ya que el sistema electoral ayuda a que se elija a la persona.

Otro aspecto que destaca del ámbito político es que «falta proyectos a largo plazo y de futuro. La política es cortoplacista, quizás obligada por las circunstancias actuales de crisis», por lo que echa en falta un verdadero líder que vea más allá del momento actual y sea capaz de marcar unos objetivos a medio y largo plazo.

Antonio Ramón Blasco | «El problema en España es la autenticidad de nuestros líderes»

Antonio Ramón Blasco España es director financiero del Grupo Safamotor desde hace 26 años, pero también es coach certificado, y actualmente está ampliando su formación en esta disciplina. Su experiencia sobre el coaching no sólo es teórica, sino que reconoce que le ha ayudado en la gestión de las personas y sobre todo al desarrollo de su vida personal y profesional, aprovechando los cambios y los retos como oportunidades para seguir creciendo.

Su percepción sobre el nivel de los políticos españoles en cuestiones de liderazgo no es muy positiva. En este sentido recalca que «el problema en España no es tanto el ganar unas elecciones con técnicas de comunicación y estrategias de marketing como en la autenticidad de nuestros líderes». En este sentido, Antonio Ramón Blasco insiste en que no siempre se apuesta por «dar respuestas sencillas, inteligentes e inmediata ante cada situación», algo que debe surgir de forma natural «desde dentro, después de que se ha eliminado lo complejo y lo adquirido». Para ello, echa en falta una mayor formación en coaching de los cuadros políticos del país.

«Estaba pensando y buscando un político que hiciera recuperar el sueño de un país, para que vuelva a encantarse, que transmitiera confianza y responsabilidad a la ciudadanía. Porque entrar en la descalificación del contrario nos aleja de la verdadera misión de un político. Y sigo pensando...», afirma de forma lapidaria.

«El desarrollo personal, la toma de conciencia, el respeto a los valores fundamentales y unos principios básicos, son un ejercicio diario que deben realizar nuestros líderes», reclama Blasco, quien recuerda que el coaching trabaja esto, «el desarrollo del potencial que cada persona tiene dentro, a superar sus propias barreras, sus miedos o sus creencias que la limitan», pero nunca dando consejos, ya que es un camino que debe recorrer la propia persona.