Continúan las aguas revueltas en el barrio de Ardira, en la Carretera de Cádiz, desde que el pasado mes de noviembre La Opinión publicara las denuncias de irregularidades en la asociación de vecinos, lanzadas por vecinos del propio barrio, que criticaban que la mayoría de la barriada no podía ser socia de esta entidad, que ocupa un local municipal en la calle Alcalde José María Corona.

La actual asociación, por su parte,subrayaba que actuaba de acuerdo con sus estatutos y que todo estaba en regla. El pasado lunes, los vecinos críticos con la asociación de vecinos iniciaron una recogida de firmas entre las cerca de 260 familias que viven en Ardira y confiaban en alcanzar las 200, que presentarán esta misma semana al Ayuntamiento.

La hoja de firmas está encabezada por el texto: «Si usted está de acuerdo en ser miembro de la asociación de vecinos de tu barrio (Ardira) y así poder participar en las actividades que se organizan en la misma, firme aquí».

«Queremos que el local vuelva a ser una asociación de vecinos del barrio. Para nosotros no es una asociación de vecinos sino un club de rol y un negocio privado», resume Enrique Pérez, uno de los críticos.

En una línea parecida, Tomás Silva, antiguo dirigente vecinal, recuerda que esta situación dura ya «unos cuatro años», «y lo que no puede ser es que una familia se haya hecho dueña de la asociación, forman el cogollo de la asociación y por eso cuando nos hemos querido hacer socios, a los treinta y tantos que quisimos apuntarnos, a todos nos lo han denegado porque la asamblea la ha hecho ese cogollo de gente».

La intención de los vecinos críticos es que una nueva junta directiva se haga cargo de la entidad, que según critican tiene ahora muy pocos vecinos del barrio. Como ejemplo, los vecinos que recogen firmas organizarán para el próximo 13 de julio una verbena para toda Ardira.

Ayuntamiento El concejal de la Carretera de Cádiz, Raúl Jiménez, reconoció ayer a La Opinión que ha intentado «mil veces el diálogo pero no está dando resultado». Por ese motivo, anunció que propiciará una última reunión, «y si no nos queda más remedio recuperaremos el local, y más cuando los vecinos están cada vez más impacientes».

«Yo no entro en los estatutos sino en el concepto de que un vecino quiere ser miembro de la asociación de vecinos de su barrio y no puede serlo. Es un disparate», concluyó el concejal.

Asociación de vecinos El secretario vecinal, Juan Ávila, criticó ayer que haya vecinos que en la recogida de firmas «están usando el nombre de la asociación sin ser miembros y eso es ilegal totalmente»

Juan Ávila justificó la no admisión señalando que «es complicado meter dentro a personas que están increpando a nuestra asociación». No obstante, indicó que «lo máximo que podíamos es ver la actitud de estas personas», señalando que ha visto un cambio en alguna de ellas. «Me he reunido con varios de ellos y les dije si querían volver a presentar la solicitud, se hace la reunión y se les acepta», planteó. Por último, respondió a las críticas de que son un club de rol destacando que se ofrece esta actividad «para meter a más gente joven».