Con apenas 39 años, Elías Bendodo, puede presumir de haber asistido desde la sala de mandos de su partido a la progresión histórica del PP. De la agonía del felipismo y la desconfianza inicial del electorado a la llamada marea azul. Dos años después de su acceso a la presidencia de la Diputación, el que fuera el concejal más joven del Ayuntamiento analiza las líneas más controvertidas de su gestión. «Nos encontramos una institución en quiebra», insiste.

Su equipo se marcó como objetivo la recuperación económica de la Diputación. ¿Realmente se han saneado las cuentas o es todo cuestión de perspectiva?

La realidad es que en dos años hemos pasado de la insolvencia a estar en disposición de invertir y, de hecho, hacerlo. Recibimos una institución con una deuda millonaria; eso nos obligó a tomar una decisión drástica y supeditarlo todo al pago a proveedores. Logramos en tiempo récord movilizar 55 millones. Ni siquiera tuvimos que acogernos al plan del Gobierno. Esa gestión y esa prioridad ha permitido que la Diputación vuelva a ser viable y podamos anunciar un paso más como es una bajada de impuestos.

¿Apostará más por políticas de estímulo en los próximos meses?

Los dos años que tenemos por delante será un periodo en el que empezaremos a entrever la salida la crisis. Las administraciones tenemos que estar preparadas para aprovechar las oportunidades y enfocar esa salida de la mejor manera posible. En todos estos años el ciudadano ha sido la víctima del sistema y ahora está llamado a ser el protagonista de la transformación del propio sistema. Durante todo este tiempo se le ha pedido un esfuerzo importante; es el momento de que el esfuerzo lo hagan las administraciones. Por ejemplo, con la bajada de impuestos. Las instituciones que hayan cumplido los objetivos de déficit están obligadas a rebajar la presión fiscal sobre los ciudadanos.

¿La austeridad ya no es suficiente?

La austeridad no es una moda pasajera. Tiene que ser una constante en nuestra gestión y lo va a seguir siendo en los próximos años. Es una forma de entender el uso de los fondos públicos, pero la austeridad por sí sola no nos sacará de la crisis. Por eso nosotros hemos combinado el control de gasto con inversiones productivas. Sólo en 2013 la Diputación va a invertir cien millones de euros que van a generar 4.500 empleos directos.

En el Ayuntamiento de Málaga no opinan lo mismo. Al menos, en lo que respecta al IBI.

La situación de Málaga es distinta. Es la capital, con mucha diferencia, con el IBI más barato de Andalucía. La tarifa es menor, incluso, que el resto de ciudades de la Costa del Sol. Málaga ya tiene un IBI moderado; lo que nosotros hacemos con esta rebaja es equipararnos.

La Diputación, según sostiene su partido, estaba prácticamente en quiebra tras el último gobierno de PSOE e IU. La oposición le pide que lo acredite con documentos.

Esos documentos existen y son públicos. Se trata de cuentas bancarias y compromisos de pago. La deuda cuando llegamos era de 300 millones y la hemos reducido un tercio. No sólo con los 55 del pago a proveedores, sino también de otros 45 que hemos liberado para atender la deuda bancaria.

También se duda de inversiones como la del plan de impulso económico. ¿Son realmente remantes aprobados por el equipo anterior?

Son fondos que efectivamente llevaban un tiempo aprobados y sin ejecutar. En algunos casos desde 1994. Lo que pasa es que estaban bloqueados; hemos tenido que hacer gestiones con el Gobierno y gracias a eso y a nuestros planes de austeridad, o lo que es lo mismo, al cumplimiento de los objetivos de déficit se nos ha permitido disponer excepcionalmente de esas partidas para inversión. En suma, son fondos que no existían, con los que los ayuntamientos no contaban y con los que ahora pueden disponer. Pregúnteles su opinión al respecto. Con independencia del color político. Estoy convencido que con la gestión del PSOE e IU esas partidas seguirían bloqueadas.

¿Y con la concertación? ¿Por qué decidieron cambiar el modelo de reparto de las ayudas y subvenciones?

La antigua concertación se dedicaba a todos los municipios; nosotros hemos decidido centrar el plan exclusivamente en los menores de 25.000 habitantes, que son y deben ser la razón de las diputaciones. Lo que al PSOE e IU les molesta es que además de la concertación, que este año cuenta con 37 millones, lo que constituye un gran esfuerzo en esta época tan complicada, hayamos invertido en otros municipios mayores de 25.000 habitantes. Ahí demuestran su sectarismo; toda la crítica es porque son municipios mayoritariamente gobernados por el PP. La inversión no es gratuita. Responde al objetivo de estimular el empleo y es precisamente en esas localidades en las que viven el 80 por ciento de los parados. La incoherencia de la oposición de tal calibre que vota en contra de estos planes y luego en los ayuntamientos se aprueban con el apoyo de sus mismos compañeros de partido.

Otro asunto espinoso ha sido el de La Térmica. Se les reprocha que hayan consagrado buena parte del presupuesto cultural en un proyecto centrado en la ciudad de Málaga.

La realidad es que teníamos un edificio propiedad de la Diputación, como es el Centro Cívico, y había que dotarlo de contenido. Y lo hemos hecho de la mejor manera. Con un gran contenedor cultural que está teniendo proyección a nivel nacional y en el que se entiende la cultura sin ideologías. Quizá eso es lo que fastidia a PSOE e IU, que sea cultura de todos y para todos y no para unos pocos.

Las críticas se centran, sin embargo, en la ubicación.

Es que el edificio está en la capital. Si yo pudiera agarrarlo y trasladarlo a Ardales, por ejemplo, estaría encantado de hacerlo. En cualquier caos , antes de final de año presentaremos un programa atractivo y de calidad para llevar la cultura de La Térmica a los municipios.

A propósito de edificios. ¿Se les ha atragantado el de la sede del Patronato de Turismo? Lo digo, sobre todo, por la deuda hipotecaria.

Si yo hubiera sido el presidente en aquella época le aseguro que jamás hubiera construido la sede actual de la Diputación ni habría comprado ese edificio. Seguro que hubiéramos encontrado opciones más viables que permitieran invertir ese dinero en proyectos más necesarios. Dicho esto, el Patronato que heredamos fue el de una institución en quiebra absoluta y con esa carga hipotecaria que lo hacía insoportable. Lo que hemos hecho es darle viabilidad. Y en cuento al edificio hemos firmado un convenio para que pueda albergar el museo de Juan Barco, que es la colección de arte taurino más importante del mundo, con cuadros de Goya y de Picasso, entre otros.

Últimamente se le afea mucho el gasto en personal y la contratación de asesores...

Cuando tienes una responsabilidad tan importante como la de gobernar la Diputación de una provincia de más de dos millones de habitantes tienes que rodearte de un equipo directivo preparado y que te pueda ayudar a solucionar los problemas. Aun así, hemos reducido un 26 por ciento los cargos directivos, lo que nos ha permitido ahorrar en nóminas un millón de euros anuales. Le aseguro que nuestros directivos tienen muy claras sus competencias. Antes había muchos cargos florero, ahora todo el mundo tiene una función y una labor específica.

Faltan dos años para la próxima cita electoral. ¿Teme que los recortes de Rajoy influyan en los resultados de Málaga?

No creo que eso suceda. El Gobierno se alejó de su programa para recuperar el crecimiento; de haberse obstinado en cumplirlo España sería ahora un país rescatado. Todavía hay tiempo para ejecutar esas propuestas con las que el PP se presentó a las elecciones. nuestro país da muestras poco a poco de recuperación y eso es porque las reformas empiezan a dar resultado.

¿Se postulará de nuevo a la presidencia de la Diputación?

No lo sé. Mi proyecto es intentar mejorar la calidad de vida de los ciudadanos de la provincia; por el momento no miro más allá de esta legislatura. En función de cómo vayan las cosas tomaremos una decisión.

Su gestión también ha estado jalonada por las críticas a la Junta. No le da usted mucha tregua al bipartito.

Es que el PSOE ha sido secuestrado por el radicalismo de IU en Andalucía; es un rehén político. El gobierno del PSOE paralizó la provincia. Éramos los que más aportábamos y lo que menos recibíamos. Pero es que el bipartito la ha hecho retroceder. La Junta en Málaga es IU y cada día nos levantamos en consonancia con un prejuicio ideológico. El metro en superficie que nadie quiere ni ha pedido, el decreto que impide el desarrollo económico del litoral, la prohibición a los comercios de abrir en domingo y festivos y ahora esta historia de cambiar el nombre a un hospital, como si fuera una prioridad sanitaria. IU está gobernando a golpe de revancha. Y eso no es bueno para nadie. Antes o después el PSOE se hartará de ese radicalismo. Aunque también puede que se deje arrastrar definitivamente.

¿Ése es todo el margen de maniobra que le concede?

Es lo que está ocurriendo. El PSOE en la provincia de Málaga no existe. Aquí las decisiones de la Junta las toma IU y el PSOE calla y otorga.

¿Hubiera dejado la Diputación para ser consejero de Turismo? En todas las quinielas políticas aparecía su nombre.

Lo de ser consejero no estaba en mis planes. No eran esos los planes que tenía diseñados con Javier Arenas. Yo tenía que seguir avanzando en el desarrollo económico de la provincia y estoy contento de seguir aquí.

¿Se ve en el futuro como alcalde de Málaga?

Málaga tiene un alcalde magnífico, Francisco de la Torre. Estoy convencido, además, de que volverá a ser candidato otra vez en 2015. Entre otras cosas, porque es el mejor de los nuestros. En el PP estamos muy orgullosos de su gestión. Ha conseguido hitos que nadie antes había conseguido. Es un político insustituible. Y lo seguirá siendo. Y volverá a renovar la confianza de los malagueños.

En cualquier caso, es una aspiración muy legítima para un político.

No me lo planteo. Mi reto es seguir intentando, como decía, mejorar la calidad de vida de los malagueños a través de la Diputación. Y eso es lo que motiva cada día.

¿Qué me dice de Zoido? ¿Será el candidato del PP a las autonómicas?

Es el candidato natural. Porque es el presidente del partido. Quedan todavía tres años para las elecciones, así que, tomémonos las cosas con tranquilidad. Cuando toque nombrar al candidato nos reuniremos y saldrá la persona que mejor pueda representar los intereses de Andalucía.

«El sistema financiero ha sido rescatado; lo justo sería que se rescatara a las personas»

La crisis ha desatado la ira contra los políticos. ¿El divorcio con la sociedad es irreversible?

En eso tenemos un reto todos los partidos. Debemos llegar a grandes acuerdos; sólo una nueva alianza entre políticos y ciudadanos nos puede sacar de esta situación tan complicada. Entiendo que con tantos desempleados se tienda a responsabilizar al os políticos, pero los que nos dedicamos a esto somos gente honrada que dedicamos muchísimas horas al servicio público. Los políticos no somos otra cosa que el reflejo de la sociedad, que es, además, quien nos vota y nos avala. Hay que abrir debates sin ningún tipo de rubor. El objetivo es recuperar la confianza del ciudadano y eso sólo se logra con más transparencia y participación. Y no hay mayor participación que, por ejemplo, los ciudadanos puedan elegir directamente con su voto a los presidentes de las diputaciones.

A las nuevas generaciones se os critica, sin embargo, por haber dado el salto a la política desde las juventudes de los partidos y no desde la vida profesional.

No creo que el haber pertenecido a las juventudes de un partido sea una desventaja, sino todo lo contrario. En estas organizaciones se aprenden conceptos de dirección, de equipo, de servicio público. Eso es bueno, aunque hay que compaginarlo con una formación; yo, por ejemplo, soy abogado en ejercicio.

Una de los máximos capítulos de tensión entre políticos y ciudadanos se ha dado a propósito de los desahucios. ¿Cuál es su visión del asunto?

Con respecto a los desahucios se están tomando medidas positivas. Incluido desde el punto de vista judicial. Los gobiernos no pueden permitir que se permitan desalojos. Aquí hay un sistema financiero que ha sido rescatado y que tiene también ahora que asistir al rescate de las personas. El sistema financiero tiene que devolverle a las personas lo que los gobiernos le han dado. Es una obligación. Los desahucios deben ser, sin duda, la última opción. Y estoy muy satisfecho porque se han tomado medidas judiciales y por parte de las entidades financieras en esa dirección.