Sólo 30 de los 101 municipios de Málaga han conseguido reducir algo sus cifras de desempleo a lo largo de los últimos doce meses, demostrando que la reforma laboral -que entró en vigor en febrero del pasado año- no ha tenido de momento resultados efectivos ante el desfavorable entorno económico. La mayoría de los descensos del desempleo se dan además en municipios de menos de 20.000 habitantes y con cifras casi anecdóticas. De hecho, y según los datos del Ministerio de Empleo correspondientes a abril, los últimos que están disponibles desagregados por municipios, únicamente tres de las localidades de mayor población pueden presumir de tener ahora menos paro que hace un año: Fuengirola, que ha pasado de 8.443 desempleados a 8.326 (-1,4%), Estepona, que evoluciona de 8.145 a 7.903 (-2,3%) y Nerja, con una casi imperceptible bajada de 3.046 a 3.035 (un pírrico -0,4%).

El resto de grandes municipios suma incrementos. Por su nivel de población, Málaga capital se sitúa lógicamente a la cabeza del desempleo provincia, pasando de 80.439 a 85.331, con una subida interanual del 6%. Sin embargo, son localidades como los dos alhaurines los que presentan incrementos relativos más elevados, con tasas superiores al 7%.

La reforma y sus resultados han vuelto al primer plano de la actualidad esta semana después de que el Fondo Monetario Internacional (FMI), ese terrible gurú ante cuyas predicciones tiembla hasta el más pintado, haya recomendado a España que aplique una nueva reforma laboral para atajar el gravísimo problema del desempleo. Las recomendaciones del FMI, que pasan por bajar aún más los salarios y reducir la indemnización por despido -la actual reforma ha generalizado el coste para las empresas en 20 días por año trabajado-, han encontrado un rechazo prácticamente unánime por parte de políticos, de los sindicatos e incuso de los empresarios, que consideran que la reforma aprobada por el Ejecutivo de Rajoy ya aborda suficientemente estas cuestiones y que lo queda ahora es empezar a aplicar medidas que ayuden a reactivar el crédito, elevar el consumo y favorecer nuevas contrataciones.

Malas recetas

El presidente de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), Javier González de Lara, reconoce que la actual reforma laboral partió de un planteamiento «erróneo» ya que la norma no vino acompañada en su día de medidas que estimularan el crecimiento. No obstante, De Lara rechaza de plano las recetas sugeridas por el FMI, afirmando que no harían sino deprimir aún más la economía española y el consumo.

«La actual reforma va en la dirección correcta pero necesita tiempo y, sobre todo, un entorno más favorable. En España y en Málaga nunca se ha bajado del 10% de paro incluso cuando el PIB crecía a ritmo del 4% anual. El problema es que Europa ha sacralizado el concepto de austeridad y ha ahogado las posibilidades de la reforma que aprobó el Gobierno», apunta.

El representante de los empresarios malagueños negó que la economía necesite de reducción de sueldos o de indemnizaciones más bajas y demandó, por contra, medidas como una rebaja de las cotizaciones sociales -están casi al 40%, una de las más altas de Europa-, una simplificación de los modelos de contratación -en España hay un galimatías de 47 modalidades distinas- y, ante todo, una reactivación del crédito bancario. «Son medidas que también han sido sugeridas por el FMI y que compartimos completamente. A los empresarios no les preocupa cuánto cuesta despedir a un trabajador sino lo que nos cuesta contratarlo. Y mientras el Gobierno no se decida a rebajar ese 40% que se paga a la Seguridad Social por contratar una persona será muy difícil reactivar la economía», asegura. Para la CEM, el camino que le queda a España por recorrer debe pasar «por el estímulo, no por el sacrificio», incluyendo una progresiva bajada de impuestos a las empresas y planes decididos para la incorporación al mercado de trabajo de jóvenes y de parados mayores de 45 años.

El profesor de Política de Empresa y Entorno Socio Económico del Instituto San Telmo en Málaga, Gonzalo Laguillo, tampoco comparte las recomendaciones del FMI pero recuerda que este organismo se mueve por «pura ortodoxia económica», sabedores de que España no puede recurrir, como antaño, a mecanismos como la devaluación de la moneda o la rebaja de tipos de interés por su pertenencia al euro.

«El FMI tiene claro que una tasa de paro en España del 27% es una barbaridad y ve que la única forma de poder aumentar las contrataciones es bajando salarios y abaratando despidos. Pero no existe un único modelo válido. La flexiseguridad de los países del norte combina una flexibilidad necesaria en el mercado laboral con su correspondiente red de protección», explica. Laguillo recuerda además que el gran problema de España es el gran número de extrabajadores de la construcción que están en el paro con escasas oportunidades de recolocación.

«Por más que flexibilicemos el mercado laboral abaratando el despido esas personas no encontrarán empleo. Por eso una nueva reforma no es más necesaria que una mejora de las condiciones del entorno. Hacen falta medidas fiscales que la completen», señala el profesor de San Telmo, que advierte del riesgo de que el colectivo de parados de larga duración termine definitivamente fuera del mercado laboral.

Opinión para todos los gustos

Las recomendaciones del FMI dividen a los expertos. Alguno echa de menos que no se haya aconsejado una reforma fiscal «profunda y estructural», como la analista de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) María Jesús Fernández, que ve necesario no tanto elevar los impuestos como mejorar la capacidad recaudatoria del sistema. También cree que aún se pueden alinear más los costes del despido con la zona euro, ya que en España siguen siendo más altos.

Respecto a la moderación salarial, el director del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Joaquín Trigo, cree que «hay que rebajar algo los salarios pero siempre que las empresas pierdan el miedo a contratar». Trigo no se muestra partidario de que se bajen de forma inmediata las cotizaciones sociales, como también propone el FMI, y sí ve con buenos ojos una reforma más profunda de la negociación colectiva.

«Facilitar los descuelgues de convenios es interesante para que las empresas grandes no puedan subir mucho los sueldos y las pequeñas puedan pagar menos y seguir siendo competitivas», dice.

Por su parte, el profesor de Control y Dirección Financiera de Esade Robert Tornabell cree que las propuestas del FMI son «razonables», sobre todo las encaminadas a una reducción del déficit a ritmo más lento, para que «no se pierdan más empleos». Tornabell dice que la banca debe completar su recapitalización para poder cumplir con su deber: «dar crédito a los proyectos que sean rentables».

La reforma laboral, el gran lunar hasta la fecha del mandato de Mariano Rajoy

La reforma laboral aprobada en los primeros compases de la legislatura no ha dado frutos y es, por momento, uno de los lunares de Rajoy, que aseguró en campaña que durante esta legislatura se iban a crear 3,5 millones de empleo. La realidad es que durante lo que llevamos de legislatura los parados han subido un millón en toda España: de 5,2 a finales de 2011 a los terroríficos 6,2 del primer trimestre de 2013. Sólo la llegada del verano ha ayudado a atenuar las cifras. Medidas estrella de la reforma como el contrato de fomento de emprendedores tan sólo un millar de contrataciones en Málaga en este tiempo. Lo que sí ha dejado la reforma es un reguero de despidos colectivos mediante unos expedientes de regulación de empleo (ERE) que, con la nueva legislación, ya no necesitan de la autorización administrativa para salir adelante. A lo largo de 2012 los ERE casi se duplicaron pasando de 226 a 440. Otro dato a tener en cuenta es la subida de los despidos que llegan a los juzgados de lo social de Málaga. En 2012 se batió el récord con casi 4.900 y el primer trimestre de 2013 ya trae un aumento del 10%.