La crisis económica ha cogido de lleno a este proyecto, que ha sido desarrollado por los arquitectos Federico Soriano y Agustín Benedicto durante los últimos cinco años, coincidiendo con el avance de la crisis. Eso ha jugado en contra de los compromisos presupuestarios de las administraciones, que ya en 2011 empezaron a fallar y se planteó la colaboración público-privada para sacar adelante los cerca de 120 millones de euros de inversión necesarios. El futuro auditorio está diseñado en la explanada de San Andrés, en terreno portuario junto a El Bulto. El objetivo es dotar a Málaga de una infraestructura cultural de la que carece en la actualidad, siendo la única ciudad de su tamaño sin esta instalación.

El auditorio ha sido concebido como un gran espacio artístico, con una sala de conciertos, otra para representaciones de ópera y una sala para música de cámara. La sala principal tendrá varias configuraciones, ya que podrá adaptarse a las condiciones de un teatro de ópera con forma de herradura con 1.750 butacas. No obstante, podrá cambiar para acoger conciertos de música, con la orquesta en el centro y el público rodeando a los músicos, lo que ofrecería 1.905 plazas.