Cuando la veleña Ana María Núñez, de 35 años, entró en el programa La Báscula de Canal Sur Televisión, pesaba 135 kilos. Ahora pesa 91, 44 kilos menos.

No hay dietas milagro sino un estilo de vida basado en cinco comidas al día que aporten muchos nutrientes y deporte diario. Y como prueba, un poco más de esos 135 kilos iniciales, 137, son todos los kilos que llevan perdidos desde enero Ana y los otros tres concursantes malagueños de este programa, que finalizó a mediados de junio con un gran éxito de audiencia: Juan Antonio Manzano, su mujer Aurora Lechado y su hija Estefanía, vecinos de La Victoria en Málaga capital. Esta semana nos recibieron en su casa, en el corazón del barrio y están acompañados por Desi, otra hija del matrimonio y por Juan, el hijo de Estefanía y de Jesús, el vigilante del grupo. La pareja se casará a mediados de julio en la Basílica de la Victoria, por eso el grupo se ha llamado en televisión el de La Boda.

Cada domingo, con el asesoramiento de expertos, se han tenido que pesar en una enorme báscula que iba marcando sus avances y retrocesos.

Todo el grupo de Málaga se caracteriza por ser personas llanas y de una simpatía arrolladora, que están entusiasmados por sus avances en salud y por servir de ejemplo a miles de andaluces.

Sin embargo, a finales de febrero, cuando visitaron La Opinión, confesaron tener algo de miedo por el final del programa. ¿Iban a regresar los kilos de más por el efecto rebote y el no estar tan en guardia? No ha sido así y de hecho, pasan las semanas y siguen perdiendo kilos para acercarse a su peso ideal.

Como explica Ana, que confiesa que entró en el concurso «como una última oportunidad antes de operarme para perder kilos», la clave está en que «lo que hemos aprendido son pautas de alimentación para toda la vida, no se ha tratado de una dieta restrictiva con la que dejas de comer».

Estefanía, de 28 años, que al entrar en La Báscula pesaba 128 kilos y se ha dejado por el camino 33 kilos (pesa 95), explica que el programa «ha sido para mí como una terapia psicológica, porque yo había hecho muchísima dieta y ahora lo que estoy es aprendiendo a comer de forma sana. Esa es la diferencia».

Aurora, su madre (51 años), está exultante con sus 30 kilos menos (ha pasado de 120 a 90 kilos) y subraya que en estos meses «no he pasado hambre». Una de las cosa que más le emocionan de haber participado en La Báscula es el haber conocido a una auténtica gran familia, la formada por los otros tres grupos de concursantes de Granada, Sevilla y Cádiz, además de sus familiares, los asesores y el presentador del programa, el cocinero televisivo Enrique Sánchez. Todos estarán en la próxima boda de Estefanía, que quiere agradecer el detalle de la tienda malagueña La Gioconda Novias por haberle regalado el vestido de novia durante el programa. «Me voy a sentir mucho más guapa, he podido entrar en un traje diferente del que tenía pensado. El otro era un traje más bien para personas obesas», cuenta.

Quien ya ha alcanzado su peso ideal es Juan Antonio Manzano de 57 años. En enero pesaba 100 kilos y no sólo ha bajado a sus ideales 75, sino que ahora mismo pesa 72.

«Aquí no hay nada prohibido, lo que importan son las cantidades. Te puedes comer un dulce, no un kilo de dulces y si te aportado 400 calorías, eso es lo que tienes que quemar andando o en el gimnasio, no hay más misterio» , resume.

Se trata, resalta, de ir «metiendo en nuestras cabezas» una dieta sana y variada, que comienza en el desayuno, «con un bocadillo de atún o de pavo, no de queso curado o mantequilla con lomo que aportan calorías, no beneficios».

A las 12 de la mañana, un pequeño descanso durante la entrevista: el grupo de La Boda se dirige a la cocina para comer un poco de fruta, una rutina para comer variado y no tener hambre durante todo el día. Para el almuerzo, Aurora ha preparado crema de calabacín, pollo a la plancha y fruta, mientras que Ana almorzará sopa de tomate y albóndigas hechas de setas y lechugas, una de las recetas del libro del programa, que ya va por la cuarta edición y que se encargan de dedicar por toda Málaga (el día anterior lo hicieron en Puerto Banús, siempre con largas colas de lectores).

Para Aurora, además de comida sana y completa siempre debe haber tiempo para hacer deporte. «Con esos paseos marítimos que tenemos, o los paseos en verano por la tarde por la orilla, somos unos privilegiados», apunta. Los Manzano acuden además al gimnasio, mientras que Juan Antonio aconseja hacer la actividad en grupo y Ana, bailar. Ella misma tiene un grupo de danza del vientre y el programa le ha permitido redoblar esta actividad con espectáculos y talleres, muchos de ellos benéficos.

La vida les ha cambiado por completo. «Ha sido el cambiar el sofá, la tele y el comer, que para mí iba asociado, con salir, hablar con la gente, bailar», plantea Ana.

Aurora siente que ha rejuvenecido 10 años y además ha dejado «casi de fumar». «Notas que no te duelen los pies, andas y no te cansas ni te asfixias. Ahora me aburre el sofá y la tele y lo que quiero es calle y actividad».

Desi, la otra hija de Aurora y Juan Antonio, no ha participado en el concurso pero ha asistido a todos los programas de espectadora y ha sido testigo del gran cambio de su familia, compartiendo los nuevos hábitos: «Yo era antes la que animaba a mi madre a salir y me decía que estaba muy cansada y ahora soy yo la que me canso», bromea.

Esta mirada a la vida tras La Báscula no estaría completo sin el profundo agradecimiento de estos concursantes a todas esas personas que no han dejado de animarles y que siguen su ejemplo. Se sienten emocionados y unos privilegiados por ser el espejo en el que se miran miles de andaluces con problemas de obesidad y sobrepeso. «Ayer me dijo una señora; Aurora, contigo he perdido 10 kilos, cuando bajé de las tres cifras me dije, lo conseguí como Aurora», cuenta feliz la concursante.

La Báscula, recuerda Juan Antonio que le dijeron, ha sido como volver al Un dos tres, un programa seguido por toda la familia, por eso estarían encantados de que hubiera una segunda entrega para colaborar en todo lo que esté en su mano. Estos malagueños afables y llenos de vitalidad han aprendido en estos meses una forma nueva de vivir y se han quitado, por ahora, 137 kilos de encima.

Los concursantes: planes para el futuro

Aurora y Juan Antonio quieren compartir su fabulosa experiencia con personas obesas y organizar quedadas en los paseos marítimos de Málaga «para levantar del sofá a personas que tienen 140 o 150 kilos», dice Aurora. La vida de Ana, que es psicopedagoga, ha cambiado tanto que quiere prepararse Nutrición y Dietética «para poder asesorar a la gente». En cuanto a Estefanía Manzano, administrativa en paro, está abierta a cualquier oferta laboral y entrega currículum. Para su amiga Ana, Estefanía sería ideal, por su carácter resolutivo, en cualquier empleo pero ve que encajaría muy bien en un trabajo de atención al público. «El hecho que haya salido en la tele le puede beneficiar porque es la imagen de una mujer luchadora, madre y trabajadora», señala.