Los últimos estudios demuestran que los neandertales no sólo eran más fuertes sino que su cerebro era grande, incluso mayor que el nuestro; de hecho, probablemente podían hablar y eran muy adaptables. Entonces, ¿por qué desaparecieron y nosotros sobrevivimos? Es la pregunta a la que desde hace años, Clive Finlayson, uno de los mayores expertos del mundo en esta especie, intenta dar respuesta desde sus investigaciones en la Cueva de Gorham en Gibraltar.

«Te lo explico en dos palabras: tuvimos suerte, estuvimos en los lugares adecuados en los momentos oportunos». Finlayson participó ayer en los Cursos de Verano de la Universidad de Málaga en Archidona y mostró esta teoría con la que revoluciona la imagen que hasta ahora había sobre la superioridad del sapiens sobre el neandertal. «Es sin duda errónea y, a medida que sabemos más, no hay evidencias claras del modelo que tenemos en la cabeza del bruto neandertal y se sabe que eran personas muy capacitadas», explica.

Así, el investigador estudia ahora los drásticos cambios climáticos que vivieron los neandertales hace 70.000 años y que, a su juicio, fueron claves para diezmar y fragmentar su mundo, mientras nuestros antepasados, el homo sapiens, estaba en África. «Era un problema de números; se dividen quedan pocos y entonces la diversidad baja mucho, eso hizo que nosotros llegáramos y colonizáramos», asiente, y añade, «cada valle y región pudo tener su propia historia pero como causa general podemos decir que los sapiens no extinguieron a los neandertales», asevera.

Precisamente, en este tiempo Finlayson intenta demostrar cómo el suroeste de la península ibérica se convierte en el último refugio de este grupo, una zona donde el clima es menos adverso y les hace sobrevivir más tiempo. «Ellos siguen haciendo su vida pero cada vez con menos territorio; no tienen móviles ni ordenadores, no saben que en Francia se han extinguido pero sí que están sobreviviendo aquí», detalla.

El investigador reconoce que quizá está teoría no es la que más gusta. «Pensar que hubo una especie que nos igualaba y que no se extinguió porque éramos los más fuertes o mejores sé que no gusta, queremos ser el pináculo de la evolución pero bueno, hay que ser un poco humildes y pensar que quizá hubo otra línea de humanos, inteligentes y, ojo, es un dato a reflexionar, por muy listos que fueran se extinguieron», indica.

Actualmente, el resto más antiguo de neandertal de esta zona está datado en 300.000 años. «Esto supone que desde esta fecha a 32.000 habrían estado ocupando Europa más tiempo que nosotros que entramos en el 40.000», explica. Mucho tiempo en esta zona y con formas de vida que comienzan ahora, con las investigaciones más recientes a perfilarse. «Eran cazadores recolectores, se movían muy bien por el territorio y comían de todo», explica.

Lo más curioso es que en esa forma de vida, el sapiens y el neandertal coincidían, de ahí que las teorías que diferenciaban a una raza de otra se vayan deteriorando poco a poco. «No les diferenciaba nada más que lo mismo que nos diferencia hoy en día, cuestiones culturales», detalla.

Ahora, el equipo de Finlayson vuelve a excavar la cueva Vanguardia para buscar momentos de la vida de los neandertales pero en la parte exterior de la cueva. El mayor problema, dice Finlayson, es que la mayoría de las huellas, sobre unos 30.000 años de ocupación neandertal, que guarda la zona están sumergidas. Al parecer, igual, que la verdadera historia de esta especie.