Cuando tenía 18 años ya reunía firmas para derribar el hotel Málaga Palacio. En sus 54 años de vida, Jesús Ortiz ha tenido tiempo para desarrollar el sentido artístico de la vida sin que aminore una visión crítica de la realidad.

Tiene un currículum del que no le gusta hablar, pero hay que dejar constancia de que es uno de los fundadores del grupo Tabletom; es viola honorario de la Orquesta Sinfónica; compositor de música contemporánea; ha sido catedrático en funciones de Música Contemporánea del Conservatorio Superior, además de doctor de la facultad de Comunicación Audiovisual y experto en tecnologías digitales por la Escuela Técnica de Ingeniería Informática de Madrid.

Y por encima de todo, Jesús Ortiz es un ácrata al que hace mucho tiempo que le «duele» su ciudad. Su inmersión en el activismo tuvo lugar hace unos años, cuando «el alcalde, siempre con nocturnidad y alevosía, nos quitó la calle que teníamos delante, en el tramo final del Pasillo del Matadero, diciendo que era una cosa provisional y para el metro». Fue este profesor quien elaboró una pancarta de 8,4 metros de altura con el lema Alcalde hazlo en tu puerta. «Estuve dos años dedicando todo mi tiempo libre a este asunto, era El castillo de Kafka pero por dentro». Los vecinos de su calle todavía disfrutan de esta reforma.

Si Jesús Ortiz volvió a batallar fue cuando leyó que iban a derribar la pensión La Mundial en Hoyo de Esparteros para levantar las diez plantas del hotel de Moneo, después de que el Ayuntamiento y la Junta autorizaran el doble de altura permitida en esta zona del Centro Histórico.

«Era entrañable, vi la plataforma Torre Vigía, a 35 chavalitos intentando oponerse a un proyecto de Moneo. En una de esas casas vivió Rockberto (cantante fallecido de Tabletom), yo la he visto quemarse tres veces en un día. Pensé que, por lo menos, uno de mi generación debía ayudarles porque estoy avergonzado de mi generación, les estamos dejando una Málaga peor que la que teníamos», confiesa.

Su primer trabajo lo tituló Luces y sombras y puede verse en este reportaje, se trata de una infografía sobre el impacto del hotel de Moneo en Hoyo de Esparteros. El edificio de diez plantas también se levantará sobre la calle Pasillo de Atocha y la manzana siguiente. Al fondo puede verse la basílica de la Esperanza.

Así comenzó su labor infográfica a favor de las «causas perdidas», un empeño al que se entrega por amor al arte y que en ocasiones puede suponerle 100 horas de trabajo. El resultado puede verse en su blog http://malagaduele.blogspot.com.es/.

Para Jesús Ortiz, «muchas de las cosas que se están haciendo nuevas son buenas, pero hay sitio para todo», por eso resalta que «Málaga ha crecido cinco veces de la que yo conocí, por eso hay cuatro veces Málaga para poner cosas, pero no en el Centro Histórico.

En todo caso, está convencido de que las fuerzas vivas terminarán haciendo «lo que les dé la gana», «y yo me encuentro como si me sentara delante de ellos, levantara una pancarta y dijera, no me creo ni una palabra».

Esa pancarta también recoge los Baños del Carmen, de los que tiene varias infografías, para las que ha necesitado varias decenas de fotos tomadas desde un barco. En algunas de ellas ha restaurado con paciencia franciscana el viejo balneario hasta dejarlo como en su estreno en 1918.

Si algo le sorprende del proyecto presentado por la actual concesionaria y respaldado por el Ayuntamiento es que «de los 20 minutos de imágenes preciosas del proyecto de Moreno Peralta no hay una sola vista en la que se vean el balneario y el hotel», así que ha puesto en su blog la infografía que falta.

Málaga Duele ha ido creciendo y su trabajo se ha dedicado a denunciar los desaguisados urbanísticos de múltiples rincones de la ciudad, la mayoría en el Centro. «Málaga tiene 2.700 años, que en cualquier ciudad sería un orgullo y se ve que ha habido un desarrollo armónico, hay arquitectos que modernizan la ciudad pero de alguna forma se integran en ella. Llega un momento en que esto se va descontrolando y en 50 años estamos arrasando, seguimos en la onda del desarrollismo», lamenta.

Su técnica infográfica también le ha llevado a mejorar desde su punto de vista la realidad, ya sea demoliendo el Málaga Palacio, su sueño de adolescente, pero también a presentar imágenes idílicas y armónicas del casco antiguo, como la plaza de la Merced con la recuperada iglesia de la Merced y en el solar que ocupaba el cine Astoria, la antigua Casa de la Cultura, que en su día se levantó en el sitio equivocado, aunque el profesor es partidario de demoler el Astoria y crear «una plaza gigante».

Ha imaginado los astilleros Nereo convertidos en un par de edificios de Italcable y extendida por importantes zonas degradadas del centro la arquitectura neomudéjar que tanto admira, hasta incluso cubrir con ella el edificio de la Equitativa.

También se acuerda del depósito de agua asomado al Muelle de Heredia que alimentaba las calderas del tren de vapor y que la Autoridad Portuaria quiere derribar en septiembre y echa tanto en falta la recién demolida casa del hielo del Molinillo, que ya promete otra infografía sobre este rincón perdido del Centro. También lamenta la destrucción de la Judería. Antiguo vecino de la semidesaparecida calle Tomás de Cózar, también es muy crítico con la plaza del Pimpi y no entiende cómo el Ayuntamiento permitió derribar la casa del XVII de calle Granada para abrir este nuevo espacio, «que es un cuarto de baño».

A la hora de calibrar la acción del Urbanismo del último medio siglo en Málaga, y en especial el casco histórico, de nuevo se muestra categórico: «Esto es un momento de barbarie brutal, esporádico. Más tarde o más temprano llegará alguien que entienda y se echará las manos a la cabeza».

A Jesús Ortiz, Málaga le duele y con sus infografías denuncia y a la vez homenajea la ciudad perdida, la ciudad de su infancia.

«La excusa para una segunda Malagueta»

Muchas de las infografías de su blog están basadas en el impacto negativo que a su juicio causará el hotel que diseñará el premio Pritzker de Arquitectura Rafael Moneo en Hoyo de Esparteros. Para el profesor, el hotel de diez plantas es sólo «una excusa» para poder levantar bloques de la misma altura a lo largo del Guadalmedina, como aparece en una infografía en este reportaje. «No es sólo el hotel de Moneo, van a levantar una muralla, es la excusa para una segunda Malagueta. A ellos lo que ya les está estorbando es el Museo de Artes Populares... y porque ya está muy protegido», plantea.