­Ayudar a vestir a alguna dama de honor en esa boda tan esperada, elegir el conjunto apropiado para alguien que quiere tener una «noche diez» o renovar el armario porque uno ha conseguido bajar esos kilos de más y merece adquirir nuevas prendas son algunas de las funciones que desempeña Noelia Fernández, una desempleada que se ha reinventado y espera, con esfuerzo, vivir de su gran pasión: la moda.

Pagar por que alguien nos ayude a decidir la ropa cuando la austeridad prima en el bolsillo puede resultar chocante pero son muchos los que sacan más partido a las compras que realizan si invierten un porcentaje en una persona que conoce bien el sector.

Tras una etapa complicada en su vida y un despido inesperado por parte de la firma internacional de ropa con la que trabajaba, esta joven de 35 años, de origen asturiano pero asentada en Málaga desde pequeña, se cansó de esperar que alguien le contratara y decidió convertirse en personal shopper, una profesión que se originó en la Gran Manzana en los 80 para ayudar a las personas de clase alta que no podían ir de compras por falta de tiempo.

Los casi diez años en su trabajo anterior y la formación adquirida, gracias a cursos de estilismo o tendencias, entre otros, han dado sus frutos y ahora aprovecha al máximo todo lo aprendido junto con su cartera de clientes para potenciar Capricho de Moda.

Lo que tanteó en 2010 como una posibilidad se hizo tangible el pasado abril con el empujón necesario para montar su propia web, www.caprichodemoda.com, donde promociona su trabajo, una labor que cuenta con la colaboración de su hermana Mar y que tiene detrás un equipo compuesto por maquilladora, entrenadora personal, estilista y diseñadora gráfica, para cubrir todo tipo de servicios que puedan surgir.

Los comienzos son difíciles y todavía no le da para vivir de ello pero hacer lo que le gusta y ver que poco a poco salen cosas le da fuerzas para seguir. Se pasa el día entre tienda y tienda y reconoce que su tiempo libre ya no es para ir de compras.

«Esto funciona por campañas. Ahora es la vuelta al cole y las clientas quieren desde el uniforme hasta la equipación para todo el invierno de los niños. Después llegan los puentes, Navidad y rebajas», detalla Noelia.

Rutas por las tiendas low cost, vestuario nuevo de cara a la próxima temporada, vestidos para una ocasión especial... Noelia ayuda a encontrar la prenda perfecta en cada uno de los casos.

Adelanta que esta temporada prima la comodidad y los botines y zapatos planos serán los reyes de las tiendas. Los contactos con la gente del mundillo y echar un vistazo a través de la red son los mayores aliados de esta joven para estar a la última de todo. Pero todo tiene un precio y aunque Noelia reconoce como abusivas algunas tarifas por parte de la competencia, el precio mínimo por acompañar a alguien de compras son 20 euros la hora. «Todo es personalizable porque no es lo mismo ir a comprar a calle Larios a que me tenga que desplazar a Sotogrande», resume.

Se atreve con todo aunque reconoce que el público masculino es más sencillo que el femenino. «Compran muy bien y se dejan asesorar sin problema», responde.

Desde una señora que trabaja en el mercado, la hija del vecino, hasta hombres de origen árabe y alto poder adquisitivo que vienen a Marbella a hacer negocios. Noelia pretende llegar a todos los públicos y no convertir su servicio en un producto elitista.