Adelaida de la Calle siempre ha tenido en mente «americanizar» la Universidad de Málaga atrayendo mecenas privados que fueran capaces de financiar proyectos, más allá de los recursos propios que maneja la institución académica o los procedentes de las transferencias de las administraciones. Ayer dio un paso más, forzada por la situación de crisis económica, por los recortes del Gobierno y los nuevos requisitos impuestos para obtener una beca. La rectora realizó un llamamiento a la sociedad para colaborar en que ningún alumno se quede sin poder estudiar. Pidió apadrinar a un universitario.

Mostró con absoluta claridad su disposición a crear una especie de bolsa de donativos de particulares, con los que la Universidad pudiera conceder ayudas a los alumnos que no pueden afrontar el pago de la matrícula y se queden sin lograr una beca del régimen general o una ayuda de estudio de la Junta. Ya lo hace la propia Universidad a través de las denominadas becas de emergencia, cuyo plazo de solicitud concluye el próximo día 10 de septiembre. Aunque los 20.000 euros disponibles parecen insuficientes. O mejor dicho, cualquier ayuda parece poca para poder becar a más estudiantes.

El pasado año, la UMA se vio obligada a archivar 1.349 matrículas por impago. La rectora apunta además a que los nuevos ingresos serán inferiores a los registrados en el curso 2012/13, «y este desfase puede estar motivado por la dificultad para acceder a una beca», reconoció ayer. Coincide así con los pronósticos del vicerrector de Estudiantes de la UMA, Juan Antonio Perles, que como publicó ayer La Opinión de Málaga, prevé que los nuevos alumnos de la Universidad serán poco más de 8.000, en lugar de los más de 9.000 de años anteriores.

De la Calle hizo mención ayer a crear esta bolsa de particulares para que, «igual que se apadrina a un niño, apadrinar a un estudiante, pagando una matrícula». La rectora incluso relató la anécdota de una pensionista que le llamó por teléfono para mostrarle su intención de becar a un estudiante que no hubiera podido acceder a la Universidad por falta de recursos económicos. «Algo que me emocionó», reconoció.

Del mismo modo, la también presidenta de la CRUE explicó cómo podrían articularse las ayudas de las empresas, una colaboración que debería incluir exenciones fiscales como si se tratasen de «donaciones para una actividad como es la académica». Y en este sentido, añadió que le preocupa que, en la Ley de Mecenazgo, no esté claramente definida la educación como un elemento fundamental. «Pienso que la educación y la investigación deben ser también elementos esenciales como patrocinadores de actividades que tienen una repercusión social muy importante», dijo De la Calle, que admitió que la Universidad «está buscando fondos por todos lados».

La rectora de la UMA hizo estas declaraciones junto al presidente de la Diputación, Elías Bendodo, y el responsable de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), Javier González de Lara, tras la firma de un convenio de colaboración para permitir que 40 alumnos de la Universidad puedan hacer prácticas en empresas de la provincia.

Estas instituciones, en colaboración con los empresarios, han acordado poner en marcha un programa piloto, «que en el futuro espero que no tenga límites», dijo Bendodo, con el objetivo de que los universitarios puedan tener un primer contacto profesional en sus propios municipios, teniendo en cuenta que casi el 40% de los 37.000 alumnos de la UMA procede de otras localidades, al margen de la capital.

Este programa beneficiará inicialmente a 40 alumnos de tercer y cuarto curso de la institución académica malagueña, que podrán hacer prácticas en empresas durante un periodo de tres meses con becas financiadas por la Diputación. Bendodo explicó que aún hay que concretar la cuantía de estas ayudas, aunque avanzó que podrían rondar los 360 euros al mes.

La rectora indicó que este proyecto es una buena herramienta para «retener talento» y destacó la importancia de las becas laborales para aumentar las posibilidades de la provincia, tanto desde un punto de vista económico como social. «Es una iniciativa importante para que los estudiantes no sólo conozcan el funcionamiento de las empresas, sino también para que puedan montar sus propios negocios», manifestó De la Calle.

La Universidad será la encargada de seleccionar a los beneficiarios de estas becas laborales, según la normativa y los cauces establecidos. Las prácticas comenzarán a finales de 2013 o principios de 2014, aunque Bendodo precisó que habrá que establecer fechas para hacerlas compatibles con las clases y los exámenes. «En qué mejor se puede gastar el dinero una administración pública que en buscar el acceso de los egresados al mercado laboral», añadió.

En cuanto a la CEM, Javier González de Lara precisó que prestará una atención especial a las empresas de los sectores agroindustrial, turístico y tecnológico y subrayó la «fructífera» relación Universidad-empresa que existe en la provincia.

Del mismo modo, reconoció que al margen de los rigores de la crisis económica, una de las dificultades que encuentran los empresarios para contratar a egresados de la Universidad es su falta de formación práctica. Daba la razón así a un informe presentado en Málaga el pasado mes de mayo por McKinsey&Company, la considerada consultora más prestigiosa del mundo, en el marco de la XIII Junta General de Accionistas de Universia. Este estudio revelaba que las pymes no pueden asumir el alto coste relativo que supone contratar a un joven sin experiencia previa, lo que limita de forma decisiva el acceso de los jóvenes a un puesto de trabajo.

En todo caso, González de Lara recordó que el problema del desempleo es global y afecta a toda la población, aunque sea cierto que dos de cada tres jóvenes menores de 25 años se encuentran en el paro.

McKinsey&Company abogaba por incrementar el componente práctico de la formación, enfatizando lo que, en teoría, ya se fomenta a raíz de la puesta en marcha del plan de Bolonia. No obstante, la rectora De la Calle salió al paso para recordar que la misión de la Universidad es cultivar el intelecto y el talento de sus estudiantes. «No somos la Formación Profesional», reiteró en un par de ocasiones, amén de subrayar que el desempleo juvenil es menos voraz con quienes tienen formación universitaria.