Como cada septiembre, desde hace ya algunos años, miles de estudiantes universitarios de Málaga ultiman sus preparativos para viajar a otros países gracias a la beca Erasmus. Allí podrán completar su formación académica, perfeccionar su nivel de idioma y disfrutar de una experiencia única: vivir en otro país europeo y compartir la cultura del lugar.

Manuel Martín, Andrea Santiago y Victoria Martínez son tres estudiantes de la Universidad de Málaga (UMA) que disfrutarán de la Erasmus durante este curso. Las chicas, estudiantes de Traducción e Interpretación de Inglés y Alemán en la UMA, reconocen que para su formación es imprescindible viajar y practicar la lengua; por ello, Andrea Santiago se marchará a Colonia (Alemania), y Victoria Martínez, a Leeds (Inglaterra). Manuel Martín, estudiante de Fisioterapia en la UMA, asegura que la Erasmus le permitirá mejorar su formación en algunas competencias específicas. Este malagueño lo tiene claro: «Viajar a Bruselas con esta beca es una oportunidad que quiero aprovechar cien por cien».

Los tres malagueños reconocen que sin esta ayuda económica no podrían viajar y permanecer varios meses de estancia en un país extranjero. Y aunque tienen claro que la beca es una ayuda imprescindible, todos aseguran que sin la colaboración económica de sus padres no podrían viajar, ya que la cuantía concedida solo da para pagarse el alojamiento. Andrea Santiago asegura: «Agradezco la el dinero de la beca, sin la cual no podría viajar y perfeccionar mi alemán, pero necesitaré colaboración económica de mis padres». «No obstante, tengo muchas ganas de viajar y disfrutar de esta aventura», añadió.

Por su parte, Victoria también se muestra entusiasmada con viajar a la ciudad inglesa de Leeds porque además de practicar el idioma y formarse en la universidad de allí, la malagueña asegura que le servirá para madurar, pues nunca ha pasado tanto tiempo fuera de casa.

Aunque los estudiantes malagueños se muestran contentos con la oportunidad que les brinda la Erasmus, los tres reconocen que la burocracia y el papeleo desgastan mucho; sobre todo, así lo refleja Manuel Martín: «He andado muy perdido en estas cuestiones para organizar mi viaje a Bruselas, pues aunque se hacen asambleas informativas y se nos asigna un coordinador para asesorarnos, son muchos papeles, y no siempre se nos informa correctamente». Además, «es complicado comunicarse con los coordinadores del país que te recibe», añadió Martín.

Estos estudiantes reconocen que desde casa han sido animados a vivir esta experiencia a través de la Erasmus; sus padres les apoyan, animan y ayudan económicamente, aunque la situación financiera no sea la mejor en este momento. Pero tienen clara una cosa y es que su objetivo es estudiar y disfrutar de la experiencia de vivir en otro país, no solo lo que mucha gente manifiesta en relación a los jóvenes Erasmus: las fiestas nocturnas y el botellón. El objetivo es estudiar, pues son muchas las asignaturas que tienen que superar allí, aunque también disfrutar del país, la gente y la cultura del lugar.

Y es que este, sea quizás, el objetivo de estas estancias en países extranjeros. Unas ayudas que sirvan de complemento de formación con los estudios que se realizan en Málaga, además de una experiencia única de conocer otro país, su cultura, su idiosincrasia.

Estos malagueños recomiendan esta oportunidad a todos aquellos que tengan posibilidad de optar a ella, a pesar de que aún no están en sus destinos. Y es que, para ellos, es una ocasión única de la que por ahora, se puede disfrutar. La perspectiva de estos malagueños que disfrutarán de una estancia en el extranjero con la beca, no superior a diez meses, dista mucho de la imagen que se tiene de los jóvenes Erasmus, y es que, una vez más, generalizar puede suponer un error.