Los principales empresarios procesados en el caso Malaya contra la corrupción han sido condenados hoy a penas que suponen importantes rebajas respecto a la petición fiscal y, en algunos casos, han sido absueltos de los delitos que se les imputaban.

Los empresarios Carlos Sánchez y Andrés Liétor, que se enfrentaban a sendas peticiones fiscales de 22 años de cárcel y multas de 23 millones de euros, han sido finalmente condenados a 6 años, 3 meses y 1 día de prisión y a multas de 4,7 millones de euros cada uno de ellos.

Al promotor granadino José Ávila Rojas, que ya se encuentra en prisión por otra causa judicial, se le ha impuesto una pena de 3 años y 8 meses de prisión y una multa de 11,5 millones de euros, condena que dista de los 10 años de cárcel y 55 millones de euros que solicitaba la Fiscalía en sus conclusiones definitivas.

Por su parte, el constructor cordobés Rafael Gómez Sánchez, conocido como 'Sandokán', ha sido condenado a seis meses de cárcel, mientras que los empresarios Tomás Olivo y Cristóbal Peñarroya han sido absueltos de todos los delitos que se les imputaban.

La sentencia también ha supuesto una sustancial rebaja de penas para los directivos de la promotora Aifos Jesús Ruis Casado, Jenaro Briales y Francisco García Lebrón -que afrontaban peticiones fiscales de 7 años de prisión y multas de 8 millones-, que han sido condenados a 3 años de cárcel y una multa de 2,2 millones cada uno por los delitos de cohecho para acto injusto y fraude.

Además, el Tribunal ha impuesto una pena de ocho meses de prisión al expresidente Sevilla FC José María González de Caldas por un delito de cohecho, frente a los 2 años solicitados por el ministerio público.

Sandokán, satistecho aunque recurrirá El constructor cordobés Rafael Gómez Sánchez, conocido como "Sandokán" y condenado hoy a seis meses de cárcel, ha asegurado a los periodistas que está satisfecho con la pena, aunque recurrirá la condena "porque es lo que se hace en estos casos".

"Nosotros sabíamos que íbamos a estar manchados, sabíamos perfectamente que iba a ocurrir algo porque realmente a Rafael había que ponerle lo que sea", ha manifestado al salir de la sala del tribunal donde se ha leído públicamente la sentencia de esta causa. Al abandonar la Ciudad de la Justicia, en la que había gran expectación para conocer la resolución judicial por este macrojuicio, Gómez ha destacado que él "siempre" está contento.