El tribunal que ha juzgado el "caso Malaya" sobre la trama de corrupción en Marbella ha lamentado en la sentencia que algunas detenciones durante la instrucción fueron "excesivamente mediáticas" y considera que "la espectacularidad con que se realizaron algunas detenciones no era necesaria".

La sentencia señala que "las detenciones de los procesados no se ajustaron a los patrones habituales propios de estos actos procesales, que conllevan tan graves perjuicios para la libertad individual de los ciudadanos".

También sostiene que algunos de los autos que se dictaron durante la instrucción "eran estereotipados con escasa fundamentación, a veces por mera remisión a actuaciones policiales".

Además, "se acordó la detención directa, sin citación previa al juzgado, acordando una clara medida cautelar sin conceder al ciudadano la posibilidad de presentarse libre y voluntariamente ante el juzgado a dar explicaciones sobre los hechos imputados".

Algunos procesados "incluso comparecieron voluntariamente al juzgado, viniendo del extranjero, al tener conocimiento por la prensa de que podían ser imputados y, pese a esa comparecencia voluntaria, fueron detenidos", añade la sentencia.

"La detención fue excesivamente mediática, con cámaras de televisión retransmitiendo en directo el momento de la detención de los imputados a primeras horas en su propio domicilio, en presencia de los hijos, e incluso en algún caso anunciando el reportero al procesado: '¿Sabes que te van a detener esta mañana?'", resalta el fallo del tribunal.

El precepto legal de que la detención de un ciudadano se hará "en la forma que menos perjudique su honor, fama y patrimonio" en algunos casos "brilló por su ausencia".

"No era preciso tal despliegue de fuerzas de orden público, ni la clamorosidad de esas detenciones, hasta el punto de que una de las actuaciones determinó el fallecimiento esa misma tarde de la esposa de uno de los procesados", destaca la sentencia.

Respecto a las estancias en los calabozos policiales, "algunas por un periodo de tiempo superior al legalmente establecido", lamenta que algún procesado "pasó seis días en los calabozos y se le retiraron las gafas para no autolesionarse pese a que tenía una miopía muy acusada y casi 70 años de edad".

Se ha observado asimismo "la insuficiencia del auto acordando la detención de determinados procesados y, sobre todo, la transgresión del límite constitucional de detención judicial, fijado en 72 horas".

El "caso Malaya" fue instruido por el titular del juzgado de Instrucción número 5 de Marbella, Miguel Ángel Torres, desde que comenzaron las detenciones en marzo de 2006 hasta que fue sustituido por el juez Óscar Pérez en agosto de 2007.