Dos nuevos radares empezarán a controlar la velocidad en las carreteras malagueñas en las próximas semanas, una vez que se terminen los trabajos para la instalación de los dispositivos y se señalice su ubicación, según informó ayer la Dirección General de Tráfico (DGT).

Estos dos nuevos puntos de control se situarán en la A-7 y en la A-45 y suponen la reubicación de los aparatos que estuvieron en funcionamiento en La Cala de Mijas hasta julio, cuando la entrada en servicio de un nuevo punto de control de la velocidad -en ambas direcciones- aconsejó la retirada y traslado de estos dos radares.

La Dirección General de Tráfico espera que estos dos radares estén activos antes de final de año, una vez que se terminen las obras de instalación y se anuncie su entrada en servicio.

Uno de los dispositivos se situará en el punto kilométrico 256,750 de la A-7 (Autovía del Mediterráneo), en sentido a Cádiz, en el tramo situado entre Rincón de la Victoria y Torre de Benagalbón. El otro radar se reubicará en la A-45 (Autovía de las Pedrizas), en concreto en el punto kilométrico 118,100, en sentido a Málaga. Este tramo se encuentra cerca de la pedanía de Villanueva de Cauche.

La DGT advierte de que la ubicación de ambos radares se marcará mediante una señal vertical, para informar a los conductores de la existencia de un control de velocidad en esos puntos. Además, se anunciará su puesta en servicio en la página web de Tráfico.

La directora general de Tráfico, María Seguí, anunció ayer que no se instalarán más radares fijos en las carreteras en 2014, aunque se dará prioridad a la instalación de controles de velocidad móviles en las carreteras secundarias.

Seguí insistió en que la DGT no busca aumentar la recaudación mediante el incremento de las sanciones, sino ser más eficaz en la gestión de lo recaudado y de la colocación de radares en las vías secundarias.

La intención de remarcar el control en las carreteras convencionales se debe a que las autopistas y autovías ya cuentan con suficientes radares en servicio, que en el caso de la provincia malagueña asciende a 21 radares. Además, la mayor extensión de la red convencional y sus índices de siniestralidad, más altos, aconsejan poner el acento en el control de estas vías.

El presupuesto de la DGT para 2014 asciende a 847 millones de euros e incluirá partidas para gestión telemática de algunos trámites o proyectos de investigación en seguridad vial.