Las enfermedades crónicas constituyen la llamada epidemia sanitaria del siglo XXI. Motivan el 60% de los ingresos hospitalarios y son la primera causa de gasto sanitario en nuestro país. Sin embargo, se estima que entre el 20 y el 50% de los pacientes crónicos no cumple el tratamiento prescrito.

La edad, la duración del tratamiento, los efectos adversos de los fármacos o el hecho de que la enfermedad no se llegue a curar, condicionan en muchas ocasiones la toma de la medicación por parte del enfermo. Según la farmacéutica de hospital María García-Mina, que ayer intervino en el 58º Congreso de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) que estos días se celebra en Málaga, «ante las peculiaridades de estos pacientes el reto no es otro que contribuir a mejorar su calidad de vida, evitando muchos de los problemas causados por un uso inadecuado de los medicamentos». Así, los problemas con la medicación son la causa de cerca del 30% de los ingresos urgentes o no programados de pacientes crónicos, «muchos de los cuales son evitables si se dispone del asesoramiento del farmacéutico de hospital», insistió.

Al respecto, la SEFH ha desarrollado un plan estratégico de atención farmacéutica al Paciente crónico, al tiempo que reclama una historia clínica unificada que pueda ser consultada por todos los miembros del equipo que comparten su atención.