Dos semanas cerrada, un par de fumigaciones y seis gatos retirados de la calle es el balance de la plaga de pulgas sufrida en la Biblioteca Municipal Manuel Altolaguirre y que obligó a clausurar estas instalaciones, que se volverán a abrir al público a partir del lunes.

El origen de esta plaga era una colonia de gatos callejeros que vivía en los jardines de la biblioteca, en la calle Calatrava, y eran alimentados por algunos vecinos. «Alimentar a los animales callejeros, sean gatos o palomas, está multado con 500 euros porque genera parásitos y pulgas», explicó el concejal de Medio Ambiente, Raúl López, quien aseguró que la plaga fue detectada el 7 de octubre. Al parecer el primer indicio de la presencia de pulgas fue detectado por la directora del centro cultural, que llevaba unos pantalones blancos donde vio algunos ejemplares adheridos.

La actuación municipal fue rápida desde el primer momento, cerrando la biblioteca al uso ciudadano y encargando a Limasa la limpieza de las calles de restos de comida. El segundo paso fue la retirada de animales de la vía pública, a cargo de la Policía Local y el Servicio Zoosanitario Municipal, que lograron capturar a los seis gatos que formaban la colonia de la calle Calatrava. A partir del 15 de octubre se procedió a fumigar el interior de la biblioteca y, hace unos días, los jardines de alrededor.

Raúl López subrayó que la empresa municipal Limposam ya está limpiando el interior de la biblioteca, que abrirá sus puertas al público el próximo lunes.

Sobre las personas que han alimentado de forma ilegal a los gatos que han originado la plaga, Raúl López reconoció que no se les ha impuesto ninguna sanción -que podría ascender a los 500 €-, aunque se les ha pedido que no vuelvan a poner comida para evitar que se reproduzca el problema.

No es la primera vez que la Cruz del Humilladero sufre una plaga de pulgas. A finales de agosto de 2012, como publicó La Opinión, la Jefatura de la Policía Local se vio afectada por este mismo problema. Una empresa tuvo que fumigar las instalaciones hasta en tres ocasiones después de que una decena de trabajadores sufrieran picaduras. Las pulgas llegaron hasta los coches patrulla, cuya flota se quedó en la mitad mientras se fumigaba.