Las aguas siguen revueltas en el caso del menor transexual del colegio San Patricio. Un grupo de cien padres y madres del centro presentó el pasado martes una instancia en la Delegación Provincial de Educación en la que piden una reunión urgente con la titular del área, Patricia Alba. En la misiva, enumeran diversos motivos que justificarían el encuentro, que se solicita después de que los familiares del pequeño hayan pedido que se le permita acudir a las clases con falda.

María Jesús Martín, una de las madres que entregó el escrito en la Delegación, declaró a La Opinión de Málaga: «Todos sabemos cómo es el colegio San Patricio. Si el menor está en este centro escolar, que se respete a la institución».

Entre los motivos citados por los padres y madres en el escrito, destacan algunos como: «No se ha pensado en los posibles efectos que esta decisión, en nuestra opinión arbitraria, puede provocar en el normal desarrollo social y psicológico del resto de los alumnos del centro».

Además, en el texto se hace referencia a la cita de una transexual entrevistada, en la que ésta afirma que hay que «tener prudencia porque son muy pequeños y pueden estar confusos».

Otro de los motivos que argumentan los padres y madres es «que la insistencia de la familia en que el menor acuda con falda al centro nos parece, más que una búsqueda de la integración y la normalización, un interés por llamar la atención contrario a la convivencia».

Asimismo, basándose en opiniones expertas, como Juana Martínez, de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental de Carlos Haya, en el texto se cita: «Pensamos que no se puede poner patas arriba un centro a causa de lo que puede acabar siendo un mero capricho infantil» y «nos reservamos el derecho a emprender las acciones legales pertinentes contra los responsables de la administración».

El colectivo se queja asimismo de «que se haya oído sólo a los padres del menor, y en ningún caso se haya consultado con el resto de padres de una comunidad educativa compuesta por más de 800 familias. Además, denuncian que la forma en la que se ha planteado el caso ha sido «por la vía del chantaje emocional, lo que ya está siendo una influencia educativa negativa para el niño como para el resto de alumnos».

Insisten en que la recomendación ha de paralizarse inmediatamente, al menos hasta que todas las partes afectadas por esta polémica sean escuchadas y se hayan presentado los diversos informes pertinentes solicitados. Incluso, han pedido ver los informes psicológicos en los que se basan Educación y la familia para permitir al pequeño llevar falda.