Los alcaldes del PP continúan con su estrategia de presión para que la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, pague la deuda de más de 16 millones de euros con los ayuntamientos más pequeños de la provincia. Al encierro que protagonizan desde hace dos días en la Delegación del Gobierno andaluz en la capital se ha sumado esta mañana el interés por hacerle llegar a la jefa del Ejecutivo andaluz una carta con las reivindicaciones de los regidores. Primero, mientras un grupo de los ediles se mantenía en el edificio institucional, otra parte fue al Hotel NH para pedirle a líder socialista que se reuniera cinco minutos con ellos. Los responsables de seguridad de la presidenta, al ver que habían tomado pacíficamente la puerta del establecimiento, decidieron hacer salir a Díaz por la puerta del parking, donde se ha vivido algún momento de tensión.

Algunos de los populares aseguran que el coche de la presidenta ha salido del parking primero a un ritmo lento para acelerar después, poniendo en riesgo la integridad física de algunos de los manifestantes. La presidenta se dirigía esta mañana al Museo Picasso, que hoy celebra el décimo aniversario de su apertura, y allí se han dirigido de nuevo los incansables alcaldes para hacerle entrega de la carta, pero no han podido. "No queremos reventar el acto, sólo entregarle una carta", asegura a La Opinión de Málaga un militante que prefiere no dar su nombre. Luego, el grupo perseguidor de Díaz, por cierto una persecución pacífica, se ha dirigido luego a la Delegación del Gobierno, donde el vicesecretario de Política Municipal del PP, José Ramón Carmona, ha explicado a este periódico que el delegado del Gobierno, José Luis Ruiz Espejo, ha roto el acuerdo al que se llegó ayer, consistente en dejar salir a los alcaldes y portavoces encerrado lo que quisieran, de tal manera que el edificio se mantenía con seguridad pero abierto. Los policías pidieron a Carmona pasadas las 12.00 horas del mediodía una lista con 16 nombres, los únicos que podrían estar dentro y seguir con el encierro, entre los que estaban, por ejemplo, el alcalde de Nerja, José Ignacio Armijo, el de Sayalonga, Antonio Pérez, o la diputada provincial Emiliani Jiménez.

Fuera, bastante cabreados con la decisión, algunos militantes comentaban que ésta era una medida de presión para acabar a las bravas con el encierro. La senadora Patricia Navarro o la concejal de Málaga Mariví Romero estaban fuera del edificio alentando a sus compañeros. Algunos de los que estaban dentro se quejaban de que ya ni siquiera se les permite salir a fumar. Carmona, de cualquier forma, ha asegurado que es indispensable que el dinero que se debe a los ayuntamientos para empleo, entre otras partidas, les llegue ya. Hoy continuará, por tercera noche consecutiva, el encierro.