­El PSOE andaluz aprovechó ayer la entretenida mañana malagueña de Susana Díaz, presidenta de la Junta, para atacar al PP por el «acoso» que sufrió la sevillana por parte de regidores y militantes populares. El vicesecretario de los socialistas andaluces, Mario Jiménez, aseguró que el episodio del hotel es «inexplicable e intolerante», y anunció que pedirá explicaciones al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, tanto en el Congreso como en el Senado. Insistió en que los vicepresidentes de la Diputación malagueña deben dimitir.

Jiménez recalcó que «no han sido militantes de base del PP, sino los más altos dirigentes en la provincia». A su entender, «han decidido usar métodos de la kale borroca para hacer una manifestación violenta, zarandeando el coche de Díaz y provocando una situación que no tiene sentido».

Jiménez se mostró enormemente preocupado por lo sucedido, dada «la extraña circunstancia» que se produjo en el Hotel NH, donde se alojaba la presidenta. Dirigentes del PP conocían dónde pasó la sevillana la noche, «una información que es reservada por motivos de seguridad». También se pedirán explicaciones a la Subdelegación del Gobierno.

En términos similares se pronunció el consejero de la Presidencia, Manuel Jiménez Barrios, que reprobó el acuso sufrido por la presidenta de la Junta, donde «dirigentes del PP de Málaga llegaron a golpear su coche a la salida del aparcamiento».

El consejero exigió al presidente del PP-A, Juan Ignacio Zoido, que identifique a los implicados y rechace lo ocurrido. «Un partido de gobierno como el PP no puede amparar que se usen acciones violentas contra las instituciones y sus responsables porque estas actitudes socavan la lealtad que debe presidir las relaciones institucionales y franquea una línea difícil de recomponer». Insistió en que las diferencias políticas han de resolverse «por el diálogo» y llamó a la «serenidad y la responsabilidad».

Los ecos de lo sucedido ayer en Málaga llegaron a la cúpula de Ferraz. La Comisión Ejecutiva Federal del PSOE condenó el «acoso» a Díaz y pidió a la dirección nacional del PP que «tome medidas para evitar que este tipo de acciones vuelvan a repetirse». «La dirección federal del PSOE se solidariza con la presidenta de los andaluces e insta a los dirigentes del PP a dar ejemplo al resto de la ciudadanía a la hora de reivindicar sus necesidades sin violencia y amenazas», señala la formación socialista en el comunicado.

El presidente del Parlamento andaluz, Manuel Gracia, también condenó lo sucedido, y expresó su rechazo «más absoluto a este comportamiento antidemocrático de varios cargos del PP que incluso han zarandeando el coche de la presidenta», mientras que el secretario general del PSOE de Málaga, Miguel Ángel Heredia, calificó de «violento» lo sucedido.

«El PP no puede tener sentado en las instituciones democráticas a militantes que muestran actitudes violentas y radicales», dijo, e insistió en la «deriva radical» de los populares en la provincia.

Añadió que la falta de liderazgo del PP en Andalucía está en el fondo de esta estrategia radical de los dirigentes, lo que no se merece ni la militancia de los conservadores ni la sociedad andaluza.

El consejero de Cultura, Luciano Alonso, habló directamente de escrache. «Esta situación de indefinición está llevando al PP a algo que no merecen los andaluces ni tampoco el Partido Popular, que es el que gobierna España», declaró, insistiendo en que «no es asumible lo que estamos viviendo en los últimos tiempos en Andalucía».

Por último, El coordinador de IU en Málaga, José Antonio Castro, quien calificó de «patético» el suceso.