Las puertas de consistorio malagueño se llenaron durante la mañana de ayer de personas ilusionadas. Desde las nueve de la mañana más de 270 personas fueron entrando para firmar un contrato con el que empezaría un periodo de tres meses de trabajo.

El plan para la contratación es una iniciativa con la que poder insertar en el mercado a personas en riesgo de exclusión social. Entre algunos de los requisitos para podar optar a uno de los puestos de trabajo ofertados era ser parado de larga duración, tener cargas familiares, tener niños menores de edad, vivir con algún miembro discapacitado, vivir en un barrio marginado o haber sufrido malos tratos.

Durante la mañana los elegidos entraron en el Ayuntamiento en grupos de 90 personas. “Estamos muy contentos”, era la frase que repetía Carmen antes de entrar y firmar su contrato. Esta malagueña habló de la difícil situación por la que ha estado pasando, así, con seis hijos a su cargo, esta oportunidad le permitirá respirar tranquila durante un tiempo.

“Cuando me enteré fui a entregar enseguida los papeles necesarios a el padrón de la Plaza de la Marina”, afirmó Carmen.

A partir de las doce la mañana el último grupo esperaba en la puerta a poder entrar con mucha incertidumbre. “Hasta que no entremos no sabremos en que puesto trabajaremos”, afirmó Juan Manuel de la Cruz uno de los malagueños que esperaba su turno.

Más de una treintena de personas hacían hipótesis sobre cual sería su puesto de trabajo. “Estamos nerviosos porque no sabemos qué tendremos que hacer hasta que no subamos a firmar el contrato pero muy contentos con esta oportunidad”, eran las palabras que decían uno de los malagueños que había conseguido esta oportunidad laboral.

Esta convocatoria dará durante tres meses un sueldo de unos 600 euros con los que poder subsistir. De la Cruz, que llevaba más de 5 años en paro, afirmó que “es muy satisfactorio poder volver a trabajar”.

Los benefactores de esta ayuda provienen principalmente de barrios marginales de Málaga, por ello, entre las tareas que realizarán durante el periodo de contratación estarán destinadas a mejorar y arreglar los desperfectos de zonas como la Palma.

Los medios de comunicación, las oficinas del IMFE o los mismos amigos fueron las fuentes con las que los nuevos trabajadores tuvieron referencia sobre esta oportunidad laboral. “Estaba en la biblioteca cuando mi amigo me avisó de estas ayudas”, fue el caso de Francisco que esperaba ayer con ilusión entrar para poder firmar el contrato.

Así, a partir de noviembre y hasta el próximo mes de enero estos malagueños verán un poco de luz dentro de la situación económica por la que están pasando.