El hombre acusado de matar a otro con un machete en una pelea cerca de un colegio de Málaga en junio del año pasado aseguró ayer durante la primera jornada del juicio que actuó así para defenderse, porque la víctima le dijo que le iba a matar y le atacó y golpeó en las heridas que tenía de una agresión anterior. Así, el presunto homicida, para el que la Fiscalía pide 14 años, dijo que desde aquel incidente llevaba el arma y tenía miedo porque le habían amenazado a él y a su familia. Por su parte, la representación de la familia de la víctima le acusa de asesinato y eleva la petición a los 22 años de cárcel, mientras que la defensa pide la absolución por varias eximentes, o, de forma alternativa, la condena por un homicidio imprudente.

Los hechos sucedieron en las proximidades de un centro educativo de la barriada de Tiro Pichón, en Málaga capital. La discusión comenzó por «motivos que se desconocen», según dice el fiscal en su escrito inicial, y ambos se enzarzaron en una pelea en la que el procesado sacó un machete y le ocasionó tres heridas. La última de ellas le produjo la muerte. El procesado declaró que cuando la víctima le dijo que le iba a matar estaba «muy furioso» y, posteriormente, le atacó, comenzando un pelea en la que el otro, siempre según su versión, le pegó en las heridas que ya tenía de la agresión anterior de hacía un mes de la que estaba convaleciente, por lo que sintió «mucho dolor y mareos y no podía más». «Él tenía más fuerza que yo», apuntó.

Entonces, insistió, «por defenderme», sacó el machete que llevaba encima en un bolso y «desgraciadamente le alcancé, no sé cuántas veces». Además, aseguró que tenía «mucho miedo» porque desde aquel primer incidente le habían amenazado a él y a su familia y señaló que creía que el fallecido conocía a los que le agredieron y luego en la cárcel le dijeron que era amigo de esas personas. Su abogado consideró que en este caso concurren varias eximentes, como la de miedo insuperable, estado de necesidad y legítima defensa, que, por contra, las acusaciones rechazan al considerar que no hay indicios ni pruebas de ello. Asimismo, el abogado del acusado estima que en todo caso se trata de un homicidio por imprudencia con relación a que llevaba un machete. Para este letrado, la víctima murió «a consecuencia de la defensa del acusado, por el miedo que tenía acumulado», insistiendo en que sacó el cuchillo «para asustar».

Las acusaciones defendieron que los testigos y los informes de los médicos forenses avalan que no existió defensa propia, puesto que el acusado no presentaba heridas graves, mientras que la víctima sí tenía la pérdida de dos dientes y otras lesiones. De hecho, la letrada que representa a la familia dijo que incluso estando el hombre herido de muerte, el procesado le dio patadas.