Otro de los proyectos que trabaja el equipo del profesor Guzmán es crear un sistema eficaz con el que reforestar las zonas afectadas por los incendios. La solución que han creado este grupo se basa en insertar un proyectil en los helicópteros que lance balas de grafeno, un material 200 veces más duro que el acero y con múltiples posibilidades. La bala tendría en su interior una gelatina alimenticia y una semilla de árbol que impactaría en el suelo y podría repoblar la zona relativamente rápido.

Hasta ahora, y según indicó Guzmán, lo que se hacía era tirar una bomba que diseminaba miles de semillas y un pequeño porcentaje hacía su cometido. El sistema patentado tiene una eficacia del 90 por ciento y permite lanzar 200 balas por minuto. La implantación de un posicionador láser permite elegir con exactitud cada cuántos metros quiere que caiga la semilla. «Dependiendo de la dureza del suelo el helicóptero se posicionará a una distancia u otra de él», concretó.

Los primeros ensayos se llevan a cabo ya en Córdoba, con el Ejército del Aire.