Unas 8.000 personas se echaron ayer a la calle en la capital para manifestar en voz alta su disconformidad contra las privatizaciones, los recortes del Gobierno central y unos presupuestos, los previstos para el próximo año, «que van a agravar aún más la situación». Consignas en defensa de las pensiones y los derechos sociales y laborales de las personas se corearon durante una marcha que transcurrió sin incidentes desde la Alameda de Colón hasta la Plaza de la Constitución, y cuya participación la Policía Local rebajó a unas 2.500 personas.

«Nos quieren robar el estado de bienestar para entregárselo a los privados» proclamó el secretario provincial de CCOO, Antonio Herrera, minutos antes de comenzar la manifestación, mientras que su homóloga del sindicato UGT, Auxiliadora Jiménez, recordó que Málaga tiene «más de 200.000 motivos para indignarse; un grito por cada parado», al tiempo que criticó que «se hable de brotes verdes, cuando sigue habiendo miles de familias que no tienen posibilidades de subsistir».

Durante el recorrido de la manifestación, que comenzó pasadas las 12.00 horas, no pocos participantes echaron de menos la participación de la gente joven preguntándose «¿dónde está la juventud? ¿y los parados?» en una jornada que fue objeto de numerosas reivindicaciones y protestas, pero también de indignación contra «los que se quedan en casa sin hacer nada».

Las banderolas de los principales sindicatos se entremezclaban con pancartas que aludían a la «paralización» de la Ley de la Dependencia, a la privatización de servicios, a una reforma de la educación que «rompe la igualdad de oportunidades», a los «devastadores» efectos de la reforma laboral, a la situación de la empresa malagueña Isofotón, a la huelga en el puerto de Málaga o a la precariedad económica que afecta a miles de familias en la provincia.

En la manifestación, convocada por los sindicatos y la Plataforma Social de Málaga, participaron también varios dirigentes de Izquierda Unida, entre los que estaban su secretario general, José Luis Centella, y el secretario provincial, José Antonio Castro, y que criticaron «la forma de gobernar» de los populares.

Uno y otro aludieron a los riesgos de la «nueva vuelta de tuerca» que el Gobierno central quiere dar a la reforma laboral y a la reforma del Código Penal que planea del PP para «perseguir a aquellos que protestan», motivos ambos «suficientes» para movilizarse contra el Ejecutivo central, al que han acusado de hacer «un recorte brutal de derechos».

La jornada de ayer se celebró de forma simultánea en el resto de provincias andaluzas, excepto en Córdoba, donde la movilización se celebró el sábado, cifrándose en más de 38.000 los personas que se manifestaron en Andalucía contra los recortes del Gobierno central.

El coordinador general de IULV-CA, Antonio Maíllo, insistió en Sevilla (manifestación que contó con uno 10.000 participantes) en la necesidad de defender los servicios públicos porque ellos supone «defender la igualdad de derechos de todos los ciudadanos», al tiempo que dijo que «no basta con derribar al Gobierno del PP, sino también derribar las políticas que lo sustentan».

Gritos a favor de una nueva huelga general

Miles de personas salieron ayer a la calle en Andalucía, Asturias y Cataluña para rechazar la política de recortes del Gobierno de Mariano Rajoy. Estas manifestaciones suponían el punto y seguido a las multitudinarias concentraciones que se registraban el sábado en 55 ciudades españolas. En Barcelona, 200.000 personas, según las organizaciones convocantes (12.000 según la Guardia Urbana), se movilizaron en contra de la austeridad y los nuevos recortes previstos por el Ejecutivo catalán y central para 2014. Al igual que en Asturias (20.000 participantes) y en Andalucía (38.000), en las protestas se escucharon gritos a favor de una nueva huelga general, idea que está tomando fuerza entre los sindicatos. EFE