La Gran Recogida comenzó ayer con una gran aceptación, alcanzando en las primeras tres horas 3.000 kilos de alimentos. Esta campaña solidaria que continúa hoy suministrará alimentos para llenar la despensa de Bancosol, que proporcionará comida a su vez a 55.000 malagueños sin recursos.

Tan sólo después de tres horas del inicio de la campaña, llegaban las previsiones por parte del presidente de Bancosol, Javier Peña, quien anunció a los medios la llegada de dos contenedores llenos, lo que hacía que se superasen los 3.000 kilos de comida.

A causa de la crisis, cada vez adquiere más importancia este tipo de campañas solidarias, más habituales de grandes organizaciones humanitarias y en otros países. Una de las voluntarias de la Gran Recogida, Ana García Domínguez, afirmó cómo aumenta la necesidad de hacerlas en nuestro propio entorno, «todos conocemos a amigos o familiares cercanos que están pasando por una situación complicada».

Así, García Domínguez relató que son las personas sin recursos los que más aportan, «una madre con cinco hijos en paro acaba de llegar para hacer su donación». El responsable de Solidaridad Social de la Obra Social de Unicaja, Diego Vázquez, mencionó que en la campaña pasada «un hombre que estaba pidiendo en la entrada, donó lo recaudado a la Gran Recogida».

Una de las demandas más señaladas de esta recogida son los alimentos para niños, contabilizando en más de dos millones los que se encuentran por debajo del umbral de la pobreza en España. «Papilla para bebés, yogures, cereales, leche... incluso los profesores están alertando de la falta de alimento en los menores», espetó Dolores García, voluntaria de la UMA. Además, los más esperados son los de larga duración, ya que se esperan repartir durante varios meses.

Para ello, mil voluntarios más respecto al pasado año, sumando un total de 3.000, estuvieron ayer, y harán lo propio hoy, en supermercados de cadenas como Mercadona, Supersol, Eroski u Opencor, esperando superar a través de las donaciones de los clientes los 400.000 kilos de alimentos en toda la provincia de Málaga. Aún así, el Banco de Alimentos reclamó más voluntarios para atender la actividad esperada estos días.

Durante la jornada de ayer, en El Corte Inglés, más de diez voluntarios de la Universidad de Málaga captaban a los clientes animándolos a participar proporcionándoles bolsas del Banco de Alimentos, las cuales recogerían a la salida de las cajas. «Estamos viviendo una situación difícil» o «nunca se sabe si a nosotros nos va a faltar un plato de comida», eran algunas de las declaraciones que se escuchaban entre los clientes del comercio.

El concejal de Derechos Sociales, Francisco Pomares, y el presidente de Bancosol, Javier Peña, recordaron a los periodistas la solidaridad creciente de los malagueños y animaron a los ciudadanos a «contribuir con su granito de arena, un kilo, 2 kilos o 3 kilos... muy poco para algunos es mucho para otros». Esta idea fue esgrimida por Pomares.

La crisis ha llevado a muchas familias a la desesperación más absoluta. Sin ir más lejos, Cáritas alertó recientemente de que el perfil del nuevo pobre ha cambiado adaptándose al arquetipo de familias con hijos, a veces con estudios, de tal forma que los miembros de la pareja están en paro de larga duración y se las ven y se las desean para pagar con ayudas el alquiler y la hipoteca, o los recibos de la luz, el agua o el gas.