La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a cuatro años y medio a una mujer y a dos años a un hombre por falsificar tarjetas de crédito con las que compraron ropa, joyas o pagaron la gasolina que usaron para llenar su coche.

La Sala declara probado que los dos acusados se pusieron de acuerdo, con otras personas no identificadas, «para obtener un ilícito beneficio». En concreto, proporcionaron a otro grupo sus datos de identidad para la confección de tarjetas de crédito que luego utilizaron para hacer ciertas compras.

En concreto, se elaboró una tarjeta que imitaba a una Visa Electrón emitida por la entidad Barclays, en cuyo frontal se consignaba, como titular, el nombre de la condenada, y la numeración no se corresponde con la utilizada por esa compañía, sino con otra radicada en Australia. La acusada, una vez que contó con esa tarjeta, hizo diversas compras.

A las 11.13 horas del 27 de mayo de 2009, en una joyería de la calle Antonio Martelo de la capital, adquirió joyas por valor de 976 euros; en otra de la calle Alberche compró idénticos productos por 1.000 euros. A las 11.40 de esa jornada, en un establecimiento de ropa, compró prendas por 300 euros.

Su compañero hizo lo propio con otra tarjeta, en concreto usó la banda magnética de otra Visa Electrón expedida por una oficina de Cajamar a nombre de un tercero y con un código numérico correspondiente a un banco de Costa Rica.

El mismo día que actuó su compañera, él repostó 20 euros de gasolina en Santa Julia; ya de madrugada, recargó su móvil por 80 euros, y volvió a llenar el coche con 50 euros de gasolina. En un salón de juegos de la zona de Cruz del Humilladero se dejaron cada uno 200 euros.

Cuando la mujer fue detenida, la acusada portaba la tarjeta, las joyas y los tickets de esas compras, mientras que al acusado se le intervino la tarjeta y un resguardo de la operación de la gasolinera de Santa Julia.

Los encausados utilizaron un coche Peugeot para desplazarse, en cuyo interior se encontró la ropa adquirida en la tienda de la Cruz del Humilladero, y un pen drive que contenía, entre otros, un programa informático que gestionaba la lectura y grabación de bandas magnéticas. El condenado ingresó en la cuenta del juzgado la suma de 370 euros.

La mujer es condenada a cuatro años por falsificación de tarjeta de crédito y a seis meses por estafa, así como también habrá de abonar 2.276 euros al perjudicado. El hombre, por su parte, es sentenciado a dos años por falsificación y a pagar una multa de 360 por el delito de estafa.