Los últimos datos de venta de viviendas conocidos esta semana en Málaga constatan la tendencia predominante en este 2013: repuntan las ventas de pisos y siguen desplomándose las hipotecas. Se vuelve a ratificar así que la gran mayoría de operaciones se están realizando al contado, correspondiendo a un perfil de inversores extranjeros y fondos de inversión aprovechando los bajos precios a los que han caído una parte de los activos inmobiliarios, con rebajas que se cifran hasta en el 40%. Las cifras son esclarecedoras. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en Málaga se han producido entre enero y septiembre un total de 16.063 operaciones, con un incremento interanual del 6,4%. Este hecho convierte 2013 sea el primer año de repunte de actividad desde el estallido de la burbuja inmobiliaria, aunque el número de operaciones siga siendo muy modesto.

Sin embargo, basta echar un vistazo a la estadística de hipotecas para comprobar que nada de esto está beneficiando al mercado de compradores nacionales, que continúa desaparecido a causa del paro, la incertidumbre económica y la negativa de los bancos a conceder créditos que no sean para su propia cartera de pisos. Hasta el mes de septiembre, en Málaga se habían concedido sólo 6.356 hipotecas, con un descenso del 33% sobre las mismas cifras del pasado año, siempre según el INE.

El año 2006 marcó la cúspide del mercado hipotecario, con casi 60.000 préstamos concedidos. Este 2013 se cerrará casi con seguridad por debajo de los 8.000, lo que supondrá una caída del 87% en relación a la época de la burbuja. El radical cambio también se traslada al préstamo medio otorgado por los bancos: si allá por 2007 la hipoteca se movía en los 165.000 euros ahora es de 105.600. El descenso obedece en parte a la bajada del precio pero también a que los bancos, que antes concedían el 100% del importe acudiendo a sobretasaciones de viviendas, ahora sólo dan entre el 60% y el 80%. El resto lo tiene que sufragar el cliente con una entrada.