Educación continuará este año el camino emprendido el pasado curso y volverá a revisar los conciertos educativos en Andalucía. Los colegios privados concertados temen que la Junta radicalice los criterios seguidos y retire unidades en aquellas zonas donde sobran plazas públicas, a pesar de que la demanda de las familias por matricular a sus hijos en estos centros siga superando a la oferta. Más de 600 familias se quedan cada año sin poder llevar a sus hijos a la concertada en Málaga por falta de plazas. Pero dentro de la política de recortes puesta en marcha por el Gobierno andaluz, los concertados están en el punto de mira.

En la patronal recelan de que Málaga se lleve la peor parte en esta nueva ofensiva, a tenor de que el pasado año se libró de la reducción de conciertos. Este año tiene todas las papeletas para perder unidades. El presidente de CECE en Málaga ( Confederación Española de Centros de Enseñanza), Ramón Seco, apunta a que en toda Andalucía podrían perderse otras 80 clases en total. Los colegios religiosos que forman parte de Escuelas Católicas (ECA) se llevarían la peor parte, según sus pronósticos. De CECE sólo un centro de la provincia podría verse afectado.

CECE y ECA son las organizaciones más importantes que agrupan a las patronales de educación privada en la provincia. Pese a todo, el secretario general en Escuelas Católicas de Andalucía, Francisco José González Díaz, reconocía ayer que no tiene aún constancia de esta situación, «aunque trataré de averiguar algo lo antes posible», aseguró.

Los colegios concertados no cesaron el pasado año en manifestar la situación de indefensión en la que decían encontrarse frente a la Administración educativa al tomar unas medidas, de manera unilateral, «que atentan gravemente contra la enseñanza concertada». Las organizaciones más representativas del sector se unieron además contra la decisión de revisar los conciertos, exigiendo a la Junta el mismo trato que a la pública al entender que los colegios concertados no compiten con la escuela pública, sino que son una alternativa que muchas familias solicitan para sus hijos «en base a su ideario y por una calidad de enseñanza más que contrastada». Al fin y al cabo, forman parte del sistema público educativo andaluz.

Ramón Seco explica que la Junta piensa «analizar con lupa» la ratio de los centros concertados a través del programa Séneca. El objetivo es que los colegios públicos de la zona no se queden con plazas libres. Seco recuerda que la Junta ya rompió las reglas del juego particulares existentes en Andalucía, ya que mientras un tercio de los alumnos españoles estudia en la concertada (en algunas regiones este porcentaje aumenta al 50%) en Andalucía no llega al 20% «y tras la supresión de unidades del pasado año, se ha quedado en el 17%», sostiene Seco, que se muestra crítico con la decisión de la Junta ya no sólo de no autorizar nuevos conciertos, «sino por su empeño en reducir las plazas de la concertada pero jamás de la pública», aunque los padres sigan apostando por estos colegios para sus hijos. «Se posiciona así en contra de la voluntad de las familias», mantiene.

En la provincia de Málaga, la escuela concertada dispone de un total de 1.326 unidades en todas las etapas educativas, desde el segundo ciclo de Infantil, Primaria, ESO, Bachillerato, Formación Profesional y PCPI. 2.400 plazas son para alumnos de nuevo ingreso. La demanda supera el 23% de la oferta de plazas en cada proceso de escolarización.