Los padres del San Patricio de Málaga se concentraron en la mañana de ayer ante el centro educativo, al dejar a sus hijos en clase, para expresar su apoyo a este colegio de Huelin y contra la decisión «unilateral» de la Consejería de Educación de iniciar un expediente para retirar el concierto por el conflicto abierto con la familia de un alumno con disforia de género y cuya madre pide que vaya a estudiar vistiendo el uniforme femenino, de acuerdo a su identidad como niña.

Medio centenar de padres se han reunido para alzar la voz, a través de un comunicado, en el que muestran su respaldo a la postura del colegio, que se niega a que este escolar acuda a clase con falda, y aunque dicen que no quieren entrar a enjuiciar la actuación de los padres del menor, aseguran que está suponiendo un «enorme perjuicio a nuestros hijos». «No es a nosotros a quien nos toca decidir si los padres del menor están o no en su derecho, pero sí nos toca indicar que los derechos de cualquier persona terminan cuando limitan los derechos de otras (cosa que la Junta y la Delegación de Educación han pasado por alto en su totalidad al dar por zanjado el tema con la retirada de nuestro concierto) y en este caso se han limitado los derechos de más de 800 familias las cuales, por prudencia y comprensión, han permanecido en el más respetuoso silencio», señalaron en el comunicado.

Estos padres subrayan que su único interés es «proteger a nuestros hijos y velar por su seguridad educándolos en el centro, que a pesar de contener un ideario, todos y cada uno de nosotros hemos elegido libremente por su intachable trayectoria y labor social y que ahora se ve amenazado». Por este motivo, piden a los padres del menor con disforia de género que «muestren la misma consideración y respeto que hasta el momento los padres y alumnos del centro han tenido hacia ellos y agradeceríamos que se pararan a pensar un poquito en que todos tenemos hijos y todos sufrimos igual que ellos», añadieron en el comunicado leído ayer a las puertas del colegio.

Del mismo modo, exigen a la Junta que se deje de «experimentos de ingeniería social temeraria e inaceptables con un único fin político». «Utilizaremos todos los medios legales que estén en nuestras manos», insisten.

Los padres, pese a que reconocen que toda esta polémica les entristece, anuncian más movilizaciones si Educación mantiene su postura de «cerrar nuestro centro».