La Guardia Civil ha llevado a cabo una campaña de inspecciones alimentarias antes de la Navidad en la que han sido detenidas 25 personas y se han inmovilizado 500 toneladas de alimentos y 400.000 litros de bebida porque podían suponer un peligro para los consumidores.

Carne cuya procedencia se desconoce colgada en lugares sin higiene, aves supuestamente preparadas para cocinar en un restaurante que estaban metidas en un cubo con agua pegado a productos de limpieza, o pescado y marisco semicongelado, sin respetar la cadena de frío, son algunas de las infracciones detectadas.

En un almacén de Málaga se decomisaron productos en salazón que no cumplían los requisitos de higiene. Además, se registró una destilería en la que se reutilizaban los precintos que indican que el alcohol ha pagado el impuesto correspondiente y además había alcohol de procedencia ilegal.

Algunos de los detenidos ya han ingresado en prisión y los agentes detectaron infracciones que se sancionan con multas de entre 5.000 y 600.000 euros y pueden conllevar el cierre del local, según explicaron el comandante Jesús Gayoso, la teniente Elisabeth Sinde del Seprona y el alférez Manuel Junquera de la Policía Judicial de la Guardia Civil. El objetivo de la campaña es incrementar la seguridad alimentaria en las fechas previas a la Navidad, «en las que hay un incremento del consumo y la gente está tentada de conseguir más beneficios, lo que puede generar actividades irregulares», informó el comandante Gayoso.

La campaña, llevada a cabo entre el 8 y el 16 de diciembre, se ha saldado con 2.339 inspecciones en locales de venta y distribución de productos alimenticios y establecimientos hosteleros que han conllevado 1.663 infracciones administrativas y la detención de 25 personas.