Málaga capital y varios pueblos y ciudades de nuestra provincia han sido elegidos a lo largo de los años como lugar de acción y desarrollo de muchas películas y no solo españolas sino extranjeras, incluso de países tan lejanos al nuestro como Finlandia. Estas preferencias por Málaga van en aumento porque, con las series de televisión, la producción de películas y telefilmes exigen cada vez más y nuevos escenarios.

En algunos reportajes anteriores, publicados en La Opinión, hemos relatado historias más o menos curiosas de los rodajes en nuestras calles, plazas, playas, montes..., casi siempre referidas a películas importantes y de gran repercusión como los casos de El perfume del misterio, Los últimos de Filipinas, Mi tío Jacinto, Ronda Española..., una larga lista que está en libros y publicaciones fáciles de consultar.

Pero hay otros casos poco conocidos que escaparon al control de los aficionados, bien porque el rodaje se llevó casi en secreto, bien por el escaso número de días en que los equipos de rodaje estuvieron en Málaga, bien por otras razones que no vienen al caso.

Uno de los casos más curiosos y menos conocidos fue el del rodaje de varias escenas de La corona negra, película que data de 1950, dirigida por Luis Saslavsky e interpretada por la entonces popular estrella de cine mejicano María Félix. A la Doña, como se le conocía en su país natal, le acompañaban nada menos que dos actores muy cotizados entonces, Rosano Brazzi y Vittorio Gassman. El guión está basado en una obra de Jean Cocteau.

La escena final culminaba con la aparición de una bandada de buitres negros que, formando una corona, circundaba un paisaje montañoso en el que se encontraba el cadáver de un personaje. En esta escena el director daba a entender que los buitres iban a devorar los restos de ese personaje que encontraba así el castigo a su perversidad.

Los responsables de la película optaron por elegir un lugar montañoso de la Serranía de Ronda y, para lograr los resultados apetecidos, recurrieron a lo más seguro: adquirieron un asno de muchos años, lo sacrificaron y los restos se depositaron en el lugar elegido. Los buitres, al olor de la carroña, acudirían al poco tiempo para darse el banquete.

Dos cámaras, colocadas estratégicamente, rodarían la escena. Los responsables del rodaje tomaron las precauciones necesarias para evitar que su presencia ahuyentara a las aves. Y a esperar.

La espera, creo recordar, fue de dos días... y ni un mísero buitre acudió al festín. Cansado de esperar, y ante las nulas perspectivas de captar la escena, regresaron a Madrid y los técnicos de efectos especiales se encargaron de trucar la escena... que quedó mejor que la natural fracasada.

Una película finlandesa

En ninguna publicación de la época ni en trabajos posteriores, aparece la película finlandesa Seikkallu Espanjassa ja Marocossa rodada en Málaga en 1952. Bueno, miento: la revista Espectáculo, que se editaba en Madrid, publicó un largo reportaje firmado por quien recuerda ahora aquella cinta. Fui colaborador de Espectáculo durante muchos años y uno de mis trabajos -una exclusiva- fue la película finlandesa cuyo título y traducido a nuestra lengua es muy sencillo: Desde España a Marruecos.

El argumento era, en nuestro argot, una españolada. El director, Eddie Stenberg, nos lo contó: «Es un film de humor. Es la historia de un torero retirado -Manzano-, que en la pantalla encarna el famoso actor finlandés Kauko Kayhko. Queremos con esta película ofrecer al público de los países escandinavos una visión de la España que nosotros conocemos a través de los escritos y fotografías difundidas por la prensa y agencias de viajes».

Se rodaron escenas en lo que hoy es la plaza de Torrijos, en La Coracha, antes de ser demolida, algunas calles de la ciudad y para que nada faltara se contrató a la bailarina malagueña más destacada de aquellos años, Isabelita Galindo.

Se eligió Málaga como lugar de rodaje porque en Finlandia no había posibilidad de crear en los estudios y menos en exteriores el ambiente en que se desarrolla la historia.

La película nunca llegó a proyectarse en España, claro.

Barrio

Del rodaje en Málaga de la película Barrio en 1947 hay pocas referencias. Sí se hicieron eco de la misma Juan Antonio Vigar y Francisco Griñán en su documentado libro Málaga Cinema (Rodajes desde el nacimiento del cine hasta 1960). Fue una coproducción hispano-portuguesa con guión de Antonio de Lara Tono y del malagueño Enrique Llovet.

El reparto lo encabezaban la actriz portuguesa Milú y el actor español Guillermo Marín, que alternaba teatro y cine.

Aunque la acción se desarrollaba en Lisboa y Oporto parte de las escenas se rodaron en Málaga. Las que saltaban a la vista por la estrechez de la calle fueron filmadas en la calle Eduardo Ocón, que tiene entrada por la plaza de San Francisco y salida por Ollerías. Cualquier malagueño conocedor de su ciudad la reconocería enseguida si la película se proyectara ahora. Han pasado 66 años pero la calle prácticamente no ha variado.

Pero no confundir esta calle con otra existente en la barriada de El Palo que lleva el mismo nombre: Eduardo Ocón. Dos mejor que una. Así somos de generosos en Málaga o descuidados a la hora de dar nombre a una calle sin cerciorarse si hay otra dedicada al mismo personaje.

Burros, muchos burros

Uno de los más prestigiosos directores del cine británico fue sin duda Carol Reed, al que se le concedió el tratamiento honorífico de sir en reconocimiento a su dilatada y espectacular carrera cinematográfica con títulos tan sonados como El tercer hombre, El ídolo caído, Se interpone un hombre, La Llave, Larga es la noche, etc.

En 1963 se desplazó a Málaga para rodar parte de una película titulada El precio de la muerte en la que asistíamos al atraco de una entidad bancaria de nuestra ciudad: concretamente la central del Banco Hispano Americano, sita en la Alameda Principal, donde hoy se ubica Cajamar.

El rodaje de aquella secuencia congregó en la Alameda a cientos de curiosos interesados en ver cómo se hacía una película, el despliegue de focos y cámaras, ayudantes, técnicos de sonido, figurantes...

El prestigioso realizador británico se dejó ganar o seducir por los burros, que quizás descubriera en Mijas, donde estaba de moda el Burro-Taxi, un medio de transporte que subyugaba a los extranjeros que visitaban aquella zona.

El caso es que el director incorporó burros y más burros a lo largo de la película. Burros en la calle Larios0, burros frente a la Económica en la plaza de la Constitución, burros en la plaza del Obispo, burros en los hoteles de la Costa del Sol...

Yo cuando vi la película por televisión años más tarde me indigné porque los asnos habían desparecido de las calle malagueñas hacía muchos años y no formaban parte del mobiliario urbano como pretendió sir Carol transmitir en la película.

Cuba Cabaña, la primera película alemana tras la Guerra

Cuba Cabaña (1952) fue la primera película alemana rodada en España después de la II Guerra Mundial.

En ella aparecía como rutilante estrella una de las más famosas actrices del cine europeo, Zarah Leander, de nacionalidad sueca y que entre 1930 y 1935 hizo varias películas musicales, a las que siguieron cintas de diversos géneros.

Tuve ocasión de entrevistar a su director, Fritz Peter Buch, y entre otras cosas me dijo que con esta película pretendía enfocar una coproducción sólida y continuada con el cine español. España, matizó, nos interesa más que cualquier otro país. Queremos hacer películas en las que aportemos cada uno el 50%, pero no solo en el aspecto económico, sino en el artístico también.

No tuvo mucha aceptación su propuesta porque las coproducciones hispano-alemanas han sido escasas.

Creo que Cuba Cabaña, con escenas rodadas en diversos puntos de nuestra ciudad, no se llegó a estrenar en España.

*Guillermo Jiménez Smerdou es exredactor de Radio Nacional de España y crítico cinematográfico