El final de la huelga de Limasa ha venido acompañado por el recuento de las pérdidas en material. Los actos vandálicos, que no fueron protagonizados por integrantes de la plantilla ni personas vinculadas, se llevaron por delante 37 contenedores de basura quemados, lo que se traduce en 56.000 euros de pérdidas.

A diferencia de lo que ocurrió en la huelga de 2002, cuando los actos vandálicos se multiplicaron por toda la ciudad tras diez días de huelga, los incidentes han sido puntuales y vinculados a actos vandálicos aislados. Tanto el comité de empresa como la propia empresa destacaron la normalidad y ausencia de incidentes durante los cuatro días de huelga, ya que los detenidos por la quema de contenedores actuaron por cuenta propia.

La mayor parte de los 37 contenedores quemados corresponden a residuos sólidos urbanos con capacidad de 1.100 kilos, que son los más habituales en la calle. De estos se perdieron 18 unidades, mientras que también se quemaron otras nueve unidades de contenedores con capacidad de 3.200 kilos. También fueron destruidos cinco contenedores de papel, cuatro de recogida de envases y uno de vidrio, que serán repuestos en los próximos días.

Sin horas extra y sin cobrar. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, fue tajante al negar que se haya compensado a los trabajadores de Limasa con horas de trabajo para compensarles por las pérdidas económicas que supuso secundar los cuatro días de huelga y que ascendieron a 80 euros por día de trabajo. El regidor sí reconoció que toda la plantilla ha trabajado en estos días para recuperar la normalidad en la recogida de basura, ya que quedaban el miércoles 1.300 toneladas de residuos acumuladas en la calle. No obstante, insistió en que «han trabajado todos, eventuales y fijos, sin tener en cuenta los descansos, pero sin cobrar».

Los cuatro días de huelga afectaron a la mitad de la plantilla en cada jornada, ya que el resto estaba asignado a los servicios mínimos. Esto supuso unas pérdidas de unos 200.000 euros en las retribuciones de la plantilla, aunque el regidor insistió en que la decisión de poner a toda la plantilla a trabajar sin atender a los descansos atiende al objetivo de lograr «la normalidad» en la recogida de basura.

Afirmó que se trata de una propuesta de la propia empresa, para evitar tener que recurrir a la realización de horas extras, así como a dobles turnos obligatorios de la plantilla.

En cuanto al servicio de recogida de basura, el regidor insistió en que hoy sábado ya está totalmente normalizado, después de que en la tarde-noche de ayer se completara la recogida de la basura que quedaba acumulada en los polígonos y después de completar la limpieza de los barrios.

El dispositivo del jueves, que pudo en la calle todos los vehículos disponibles, permitió recoger unas 400 toneladas de basura acumulada en la calle y dejando esta cifra en 909 toneladas para la jornada de ayer. Esta se terminó de retirar durante todo el día y se recuperó la dinámica normal del servicio, al mantenerse en activo prácticamente el mismo número de vehículos. En un día habitual, Limasa recoge unas 600 toneladas.