­La Sala Gold fue el escenario de una pelea multitudinaria entre varios jugadores de un equipo de fútbol de Rotterdam, escuadra que pasa unos días en el Hotel Riu Belplaya de Torremolinos, y otros tres compatriotas holandeses. La reyerta comenzó, según los autos, por una botella de alcohol que habían pedido en un reservado del pub, y acabó con lanzamiento de vasos, botellas, puñetazos y empujones. Hasta dieciséis policías nacionales fueron necesarios para reducir a los participantes.

Ayer mismo se celebró el juicio rápido en el Juzgado de Instrucción número 13 de la capital, en la Ciudad de la Justicia, que estaba en funciones de guardia. Los hechos probados son escuetos: a las 2.15 horas del 4 de enero de 2014, los acusados -dos jugadores del equipo y otros dos holandeses ajenos al club- se encontraban en la discoteca Sala Gold, en pleno Centro Histórico. Tras una discusión entre E. J. M. y J. G. B., dos amigos holandeses que habían acudido a la discoteca con una de sus novias, discutieron con C. R. M. D. S. y D. A. V., jugadores del Rotterdam.

Tras ese intercambio de palabras, «empezaron a agredirse y lanzarse vasos y botellas, interviniendo incluso amigos de unos y otros no identificados, dada la confusión y el tumulto ocasionado por dicha agresión multidireccional». Varios de los presentes sufrieron lesiones de diversa consideración, sin poder establecer la juez quién causó los daños.

Los cuatro han sido sentenciados a pagar sendas multas de 480 euros por un delito de riña tumultuaria. En Rotterdam son tres los equipos de fútbol existentes, y éste en concreto milita en una división inferior a la primera, según las fuentes consultadas.

El dueño de la Sala Gold llamó a la Policía Nacional para comunicar que en su negocio se produjo una gran pelea, «y le estaban destrozando el establecimiento».

Una vez comprobada la veracidad de la denuncia, una patrulla se personó en el negocio para separar a las partes implicadas, «tratando de sacarlas del local», según los autos. Sin embargo, algunos de los implicados mostraron gran resistencia, «consistiendo la misma en zafarse de los agentes mediante empujones». Los policías tuvieron que emplear la fuerza mínima imprescindible.

Poco después, había en el lugar hasta 16 policías, una decena de ellos nacionales y el resto locales. Los actuantes, consta en el atestado, tuvieron que emplearse enérgicamente para poder restablecer el orden».

Tres de los jugadores fueron identificados, y manifestaron que estaban de vacaciones en Málaga y que pertenecen al equipo de fútbol de Rotterdam. Habían reservado una zona en la Gold. Así, relataron que entablaron «conversación con otras tres personas», dos varones y la novia de uno de ellos.

Por una botella

Uno de los jugadores, C. R. M. D. S., discutió con J. G. B., «siendo el motivo de la discusión una botella de alcohol que el primero y sus amigos habían comprado y que el segundo trató de coger, y, al tratar de impedírselo, el segundo le dio un puñetazo en el pómulo».

El amigo del agredido, consta en el atestado, D. A. V., al ayudar al perjudicado, recibió, explica, «el impacto de un vaso de cristal en la cabeza», de tal forma que empieza a sangrar por varias heridas. En ese momento, «empezaron a lanzarles vasos y botellas de cristal».

Luego, uno de los inspectores trata de hablar con el resto de implicados, tres en concreto: los varones, E. J. M. y J. G. B., y la novia de uno de ellos, M. R., todos ellos holandeses de vacaciones en Málaga. Los tres reconocieron haberse peleado, pero aseguraron que a ellos también les lanzaron vasos y botellas. Apuntaron a tres miembros del equipo de fútbol, uno de ellos entrenador auxiliar. La policía fue hasta el hotel de Torremolinos para comprobar que los futbolistas estaban allí alojados hasta esta misma semana y allí detuvieron a algunos de los participantes en la reyerta.

Uno de los futbolistas, que había salido junto a otros diez compañeros para divertirse en la noche del 3 de enero, C. R. M. D. S. aseguró que discutió con otros dos hombres; uno de ellos le pegó, y el le agredió para defenderse. Así, negó haber visto que se lanzaran vasos o botellas y exculpó al entrenador auxiliar. Agregó además que la mujer le arañó en un brazo. Uno de los agredidos recibió puntos en el párpado del ojo derecho tras la pelea multitudinaria.