La Consejería de Turismo y Comercio está decidida a plantear batalla a la pérdida de puestos de trabajo que sigue castigando a ambos sectores y que ni siquiera ha encontrado resistencia en el último año, pese a los números de récord que se han dado en buena parte de la industria. La administración, a través del titular del departamento, Rafael Rodríguez, anunció ayer un plan de choque agresivo para favorecer las contrataciones y el empleo estable; un programa que convierte a la calidad laboral en el eje de la relación entre los empresarios y la Junta, hasta el punto de que el grado y el modo de ocupación será uno de los criterios determinantes a la hora de otorgar subvenciones o evaluar el número de estrellas de los hoteles.

El plan, que incluye un decálogo de propuestas, la mayoría con aplicación directa en 2014, priorizará el apoyo público a aquellas empresas cuyos balances atestigüen un mayor compromiso con el empleo. No obstante, no se llevará a cabo a través de bonificaciones extra, sino directamente con los recursos que maneja cada temporada la Junta para contribuir a remendar la salud económica de entidades y establecimientos.

Rodríguez cree que no se puede tratar «con la misma vara de medir» a las sociedades que se esfuerzan en mantener los puestos de trabajo y a las que no lo hacen, y, consecuentemente, premiará a las que presenten un balance laboral más saludable y respetuoso con las necesidades de los trabajadores. El ejemplo más gráfico quizá esté en la nueva política de subvenciones, que no sólo tendrá en cuenta la creación potencial de empleo del proyecto concreto que concurra a una ayuda determinada, sino también el número de despidos y contratos efectuados durante el último año por la empresa que lo defienda.

La próxima convocatoria de ayudas, que se publicará en febrero en el BOJA, con un montante conjunto de 20 millones de euros, se regirá ya por este principio de selección, que, además, estará presente en las líneas de crédito que pone en marcha la administración para corregir los déficits de financiación de las empresas. En este caso, la cantidad se eleva a otros 50 millones, que se repartirán igualmente en función de criterios entre los que destaca igualmente la hoja semestral de movimientos laborales.

En esta «toma de partido» por las entidades con más fuerza laboral la Junta no quiere dejar de lado a los hoteles, a los que presionará a través del sistema de calificación de las instalaciones. De acuerdo con Rodríguez, la Junta aprovechará el cambio hacia el modelo por puntos que se impone en Europa para introducir la calidad en el empleo como un factor decisivo; tanto como para que el número de estrellas de los establecimientos también dependa de la proporción entre el volumen de la plantilla y las prestaciones que se ofrecen a los clientes. «Está en juego la calidad del servicio turístico y esa calidad no se consigue con robots ni con un trabajador por cada cien alojados», puntualizó.

El consejero está convencido de que todas estas medidas no afectarán ni un ápice a los empresarios que hayan hecho los deberes y se alineen con un sentido justo y responsable de las reglas del juego. Para los que cumplan con un nivel de contratación óptimo, tanto a nivel cuantitativo como cualitativo, esto es la extensión y generosidad de los contratos, el decálogo también recoge incentivos en materia de promoción turística. En su plan de acción de 2014, la Junta bonificará y hará partícipe preferente de sus acciones a los que desarrollen más cursos de formación y demuestren una relación equilibrada entre su actividad diaria y el número global de trabajadores.

La misma variable será ponderada en cuanto a la elección de los hoteles que se beneficiarán de las medidas contra la estacionalidad que la Junta quiere empezar a pergeñar a partir de otoño. Los establecimientos con mejores garantías laborales tendrán más posibilidades de alcanzar los incentivos y las pernoctaciones adicionales que se prevén en segmentos de apoyo público como el turismo sénior o idiomático.

Otra de las iniciativas diseñadas por la Consejería es la lucha contra la competencia desleal y la economía sumergida. La administración autonómica, detalló Rodríguez, quiere abanderar la pelea contra el fraude y promete un mayor esfuerzo de coordinación con el Gobierno y los ayuntamientos, además de más inspecciones.

Los estímulos para aumentar las plantillas se notarán asimismo en la parte más festiva de los reconocimientos. Los premios Andalucía de comercio y turismo, por ejemplo, partirán con una nueva categoría que aquilatará en exclusiva las virtudes de las empresas en lo que respecta a la creación y el mantenimiento del empleo.

El plan atenderá también de manera específica al comercio, que se verá reforzado con una serie de medidas destinadas a procurar el relevo generacional en los establecimientos y facilitar la entrada en el mercado de nuevos agentes y empresarios. En este sentido, Rafael Rodríguez quiso dejar clara la apuesta de la administración por el comercio de proximidad, que, en su opinión, reclama un impulso por parte de la Junta para poder competir en condiciones menos desfavorables con otro tipo de superficies.

El programa de la Consejería incluye en este paquete de medidas la ampliación de las becas de formación para expertos en comercio interior, que se verán acompañadas por un plan añadido de inserción laboral.

Rodríguez insistió en que el decálogo pretende subsanar las elevadas cifras de desempleo y garantizar la supervivencia turística de destinos como la Costa del Sol, que dependen, en gran medida, de su capacidad para ofrecer un servicio con mayores índices de calidad que la competencia. Además, se mostró preocupado por la tensión creciente en las firmas de los convenios de hostelería, cuya estabilidad, defendió, resulta esencial para trabajar en la mejora general de la industria.