Los profesores que se han unido para querellarse contra el gerente del MIT School de Málaga señalan que se siente acosados y coaccionados en su puesto de trabajo por haber denunciado unas presuntas irregularidades que se cometen en este centro educativo privado. Dos docentes, que además son socios minoritarios de la sociedad, han sido despedidos y otros 13 aseguran que acuden a clase intimidados.

Una profesora, de hecho, fue suspendida de empleo y sueldo durante 20 días por negarse a dar una asignatura para la que no estaba capacitada por su titulación, lo que provocó una polvareda entre las familias. En otros casos, estos profesores aseguran que son sancionados con faltas graves y muy graves, sin motivo alguno, tan sólo por haber mostrado sus discrepancias con el gerente, Javier Díaz, en quienes estos socios centran las críticas y ha sido acusado de falsedad, estafa y un presunto delito societario, al cambiar los estatutos de la sociedad sin tener en cuenta al resto de socios y sin inscribir los nuevos en el Registro Mercantil, según denuncian.

El MIT School, situado en la calle Severo Ochoa, inició su actividad en el curso 2010/11. En la actualidad cuenta con poco más de 600 alumnos de t0dos los niveles educativos. En la junta de accionistas del pasado 25 de junio, estos profesores hicieron constar su desacuerdo con la forma de actuar de Díaz, «acostumbrado a tomar todas las decisiones de forma unilateral». En esta reunión, de la que existe acta notarial, estos socios advierten de la posibilidad de emprender acciones legales, aunque dan un plazo de negociación para alcanzar un acuerdo. Según explican representantes de estos docentes y socios, y que según el colegio representan un 18% del capital social, la respuesta de Díaz fue despedir a uno de los profesores que además ejercía de secretario. El 20 de diciembre, justo antes de las vacaciones de Navidad, se produjo el segundo despido: esta vez, el jefe de estudios de Secundaria.

Estos profesores quieren dejar claro que la querella no se presenta tras los despidos, sino antes, en contra de la versión del centro, publicada ayer por este periódico. También desmienten que su objetivo sea desprestigiar o perjudicar a la institución, sino obligar a Javier Díaz a renunciar a su cargo. «Nosotros tenemos mucho dinero invertido en este proyecto y nuestro último interés es perjudicar al colegio. Lo que queremos es recuperar el espíritu del centro y democratizar su gestión», aseguran estos socios.

Estos profesores confirman las informaciones publicadas estos días en La Opinión de MálagaLa Opinión de Málaga. Sostienen que hay profesores que no cuentan con la titulación para impartir asignaturas. Por ejemplo, el profesor de Chino no cuenta con la homologación para dar clases en España. También denuncian que las materias no se ajustan al currículum escolar, eliminando horas obligatorias de asignaturas troncales para dar otras, como Yoga o Aikido. Se reduce el horario de Tecnología o Religión, no hay alternativa, y tampoco se imparte Educación para la Ciudadanía en Secundaria, según sostienen. Confirman la denuncia de una madre, de la que también se hizo eco este medio, y que aseguraba que habían hecho pasar a una profesora de Inglés de origen español como nativa inglesa, a la que hacían llamar Miss Gillmore. También critican que el gerente manipula el programa Séneca.

La Consejería de Educación ha abierto una investigación y ha reclamado al centro documentos para justificar su actividad.