La niña se lo contó a su abuela materna y a una tía el 24 de agosto de 2010. Según les dijo, había sido víctima de abusos durante una década por parte de su padre en la casa familiar de Rincón de la Victoria. Distintos episodios de fuerte violencia sexual que abarcaban desde sus cinco a sus 15 años. El fiscal pidió finalmente diez años de prisión para el hombre. La Audiencia Provincial acaba de absolverlo por las contradicciones en el relato de la víctima, eso sí, pese a que la pericial psicológica daba credibilidad al testimonio de la niña, y lo mismo ocurría con el informe forense. Una de las magistradas ha emitido un voto particular al no estar de acuerdo con sus compañeros y cree que el progenitor debería haber sido condenado a nueve años.

En la denuncia inicial, la niña relataba ser objeto de distintas prácticas sexuales. En concreto numerosos episodios de tocamientos y otro tipo de actos por cuya crudeza se omite la descripción. Incluso, explicó, su padre le ponía películas pornográficas en el domicilio familiar de Rincón de la Victoria. Los hechos habrían ocurrido entre 2000 y agosto de 2010.

La Sala recuerda en su sentencia que el padre negó los hechos, al igual que su mujer y su hijo. Ambos describen a la denunciante como una joven «problemática». Así, el policía nacional y el guardia civil que recogieron la denuncia ya mostraron sus dudas sobre lo que la niña, en 2010 tenía 15 años, relataba.

Es más, la Audiencia valoró la posibilidad de que la menor sufriera una psicopatía, expresión escrita a lápiz, junto a dos signos de interrogación, por uno de los médicos que la atendió en el Materno. La pequeña, hoy de 18 de años, también habría sido tratada de diversos problemas de ansiedad.

La Audiencia recalca que el valor que se puede atribuir a las declaraciones de funcionarios policiales en este tipo de delitos es «muy limitado», ya que para ello hay peritos habilitados. La niña, dice la Sala, incurrió en varias contradicciones pese a que su relato tiene presunción de veracidad.

La pericial de las psicólogas de la Fundación Márgenes y Vínculos llega a la conclusión de que el testimonio obtenido «era creíble». Los psicólogos del IML, por otro lado, lo calificaron de «probablemente creíble». Descartaron que sufriera una psicopatía e insistieron en que su versión era «espontánea».

Poco después de realizados esos informes, la menor compareció el 27 de febrero de 2012 en el juzgado que instruía el asunto, «manifestando que deseaba volver a casa de sus padres y que llevaba un año queriendo contar que lo que había denunciado era falso», algo habitual en este tipo de casos.

«Existe prueba de cargo que apunta a la culpabilidad del acusado, constituida por la declaración de la denunciante, que se ve avalada por los informes periciales», señala el órgano juzgador, pero, al observarse «ciertas contradicciones en la actuación procesal de la denunciante», el padre es absuelto ya que el testimonio de la perjudicada no es persistente y en él hay «contradicciones y ambigüedades».

Una de las magistradas que participó en el Tribunal ha emitido un voto particular al no estar de acuerdo con sus compañeros y cree que el padre debería haber sido condenado a nueve años de prisión por abusos sexuales continuados. «El acusado negó los hechos, pero frente a ello se alza la persistente y contundente declaración de la víctima, que en el juicio expuso de forma clara y detallada los abusos sufridos», dice.